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sábado, 19 de abril de 2008

La cultura actual arrebata a los chicos la inocencia

La Plata (Buenos Aires), 14 Abr. 08 (AICA)
“La cultura actual arrebata a los chicos la inocencia y los confunde rápidamente con propuestas de vida que no son ni siquiera cercanas a las del Evangelio”, aseveró el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en su alocución que con motivo de la Jornada Mundial de las Vocaciones pronunció este sábado en el programa “Claves para un Mundo Mejor” que el periodista Tito Garabal dirige en el Canal 9 de la TV porteña.
Por eso, señaló el prelado, es necesario que “desde muy pequeños se cultive en los niños las virtudes cristianas fundamentales” y una “vida de piedad y de devoción que lleve a una intimidad mayor con Jesucristo”.
Al constatar que “hoy las vocaciones son escasas”, monseñor Aguer reconoció que “hay un problema respecto de la juventud de hoy y esto tiene que llevarnos a pensar cuál sería el camino para fomentar las vocaciones”, para que “chicos como chicas puedan plantearse si el Señor no les pide un paso adelante y una entrega mayor”.
El prelado platense consideró que existen algunos pasos fundamentales a tener en cuenta, el primero de los cuales es “el conocimiento de la fe” pues “nunca va a haber vocaciones a una especial consagración a la vida sacerdotal o misionera si no existe en los jóvenes de hoy un claro conocimiento de la fe y una adhesión plena a las verdades de la fe. Es decir un conocimiento y una adhesión a Jesucristo que es el centro de nuestra profesión de fe”. Es sabido, dijo, que “no se puede amar lo que no se conoce”.
Ese conocimiento de la fe se adquiere, explicó, mediante una “catequesis juvenil permanente”, ya que “la catequesis no puede consistir en vaguedades más o menos genéricas, en despertar algunos buenos sentimientos aislados, sino que tiene que llevar al conocimiento de Jesucristo y a la adhesión personal a Él”.
“La experiencia –dijo por último monseñor Aguer- nos enseña que las vocaciones proceden de los grupos misioneros o de aquellos muchachos o chicas que han participado en obras pastorales de su parroquia o su capilla”, donde se realizan “en primer lugar las tareas de la difusión de la fe pero también están las tareas de ayuda caritativa, de asistencia y promoción humana”. Por eso, admitió, “no habrá vocaciones abundantes si nuestros chicos y chicas no se inician de algún modo, aunque sea de manera elemental, en la misión apostólica de la Iglesia”.+
Texto completo de la alocución

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