Especialmente por el posible efecto abortivo de la píldora del día siguiente, hay médicos y farmacéuticos que se oponen a cooperar a su dispensación. El Dr. Gonzalo Herranz examina las implicaciones para la ética médica, con respecto a la libertad de conciencia del médico y a la exigencia del consentimiento informado por parte de la paciente.
En su día, el Comité de Ética italiano reconoció el derecho de los médicos a la objeción de conciencia contra la prescripción de la píldora. Más recientemente, en el mismo país, otro especialista en bioética, Francesco D’Agostino, ha sostenido que, como el médico no tiene obligación legal de prescribir tratamientos que no considere necesarios o beneficiosos para los pacientes, puede haber “objeción de ciencia” antes de que de conciencia a la píldora del día siguiente.
El motivo alegado para fomentar el uso de la píldora del día siguiente es que hará bajar el número de embarazos no deseados y, por tanto, de abortos, sobre todo entre las más jóvenes. Pero la experiencia de distintos países no permite esperarlo. El aumento paralelo del uso de la píldora y de embarazos en adolescentes fue observado ya pocos años después de que comenzara su difusión masiva, como anotaba el Dr. Justo Aznar. Los hechos no han cambiado después, de modo que hoy la píldora del día siguiente es una receta gastada.
Quien quiera saber más, tiene un examen detallado del tema en el libro La píldora del día siguiente. Aspectos farmacológicos, éticos y jurídicos, reseñado en Aceprensa; o puede consultar más artículos de Aceprensa en torno a la píldora.