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sábado, 15 de mayo de 2010

La Iglesia le reclamó al Senado que frene el matrimonio gay - Fuente: DyN

El arzobispo de La Plata, Héctor Aguer (foto), consideró que la nueva ley que permite el casamiento entre homosexuales trata una cuestión "inicua que altera el ordenamiento jurídico" del país.
El arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, reclamó hoy que el Senado no avance en la aprobación de una ley que permita el casamiento entre homosexuales al considerar que se trata de una cuestión "inicua que altera el ordenamiento jurídico" del país.
Aguer señaló que la "sanción de la
Cámara de Diputados ha producido una alteración del ordenamiento jurídico de la sociedad porque la cuestión clave es que la convivencia de dos personas del mismo sexo es un hecho privado y según nuestra Constitución Nacional las acciones privadas de los ciudadanos están reservadas a Dios".
Por eso, indicó que las uniones entre personas del mismo sexo "tendrán que ver con su conciencia exentas de la intrusión de los magistrados".
El arzobispo platense recordó que el Episcopado exhortó recientemente a las personas a que "no vacilen en expresarse en defensa y
promoción de los grandes valores que forjaron nuestra nacionalidad y constituyen la esperanza de la Patria".
Y, en ese marco, reclamó "que los Senadores no prosigan con la sanción de esta ley que, hay que decir, es una ley inicua que altera el ordenamiento jurídico de la sociedad argentina".
Asimismo, sostuvo que "la mayoría de las legislaciones del
mundo que se hacen eco de la tradición cultural de la mayor parte de las civilizaciones de la tierra, identifica al matrimonio como la unión estable de un varón y una mujer".
"Tiene además un
interés, un valor público y una utilidad social ya que del matrimonio sale la vida", añadió.
Aguer señaló que "esa
definición se altera cuando se introduce el matrimonio entre dos personas del mismo sexo; unión que obviamente no está orientada a la transmisión de la vida".
El obispo citó encuestas de
Estados Unidos para señalar que "solo el 5 por ciento de las personas del mismo sexo que conviven quieren casarse y además esas uniones son sumamente inestables".
"Acá no hay un problema de igualdad como se ha hecho creer porque el
Código Civil no discrimina cuando prohíbe casarse a un padre con la hija, o a la madre con el hijo o entre hermanos. No se discrimina en estos casos", aclaró.
Aquí, sostuvo, "hay una condición esencial y es un valor de carácter social, cultural y jurídico que es preciso tutelar. Aquí se juega algo importantísimo".
El prelado también indicó que "una de las facultades que se otorga a este matrimonio extraño que se ha querido sancionar es la posibilidad de adoptar hijos y es sabido que todo
niño necesita de la formación que le brindan su papá y su mamá en orden a su plena identidad personal como varón y como mujer en orden a su crecimiento y su desarrollo integral".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entendemos la homosexualidad, como una manera distinta, diferente, diversa, de vivir la sexualidad y el amor, no como una rareza y menos como una enfermedad. Desde hace 37 años la homosexualidad no se considera un trastorno psiquiátrico y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de la OMS (Organización Mundial de la Salud) la eliminó como trastorno mental el 17 de mayo 1990 por considerar, con criterios científicos, que no correspondía a una patología, sino que es parte de la diversidad del ser humano.

Quién podría negar que las personas del mismo sexo pueden vivir de manera, adulta, libre y responsable su sexualidad? Nadie puede, y menos en nombre de Dios, afirmar que hay una sola manera de vivir la sexualidad y el amor. La naturaleza, rica en multiplicidad, también nos enseña que, la diversidad, no atenta contra ella, si no que la embellece. Citar a la “ley natural” para oponerse a esta legislación es solo una posición fijista, dura, congelada, de la realidad pretendida como “natural”, sin entender los complejos procesos culturales.

Entendemos que un legislador, puede profesar profundamente su fe cristiana y católica, y, a la vez, con total libertad de conciencia, pensar, definir y actuar distinto a lo que propone la jerarquía eclesial. En la Iglesia Católica, no hay un “pensamiento único”, hay lugar para la diversidad y la pluralidad. Por otra parte, un legislador, no legisla para la comunidad católica, legisla para toda la ciudadanía. No debiera ofender ni molestar a nadie, por el contrario, debiera ser motivo de alegría, que las personas del mismo sexo, que tradicionalmente han sido objeto de burlas, discriminaciones, condenas, estigmas, anatemas, prejuicios y obligadas a vivir en la clandestinidad u ocultando sus más profundos sentimientos, hoy puedan sentirse libres y amparados por una ley de la Nación que les reconoce su derecho al amor y a la familia, no como una concesión de mala gana, si no como un derecho inalienable.


Grupo Sacerdotal Enrique Angelelli

Pbro. Nicolás Alessio

Provincia de Córdoba

Argentina

Anónimo dijo...

Nicolás Alessio por Grupo Sacerdotes Enrique Angelelli, Córdoba

“Dios es amor, el que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él”. San Juan.

“Dios es espíritu, donde está el Espíritu esta la libertad”. San Pablo a los Corintio.

“Ya no hay diferencia entre judío y griego, esclavo y hombre libre, entre varón y mujer, porque todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús”. San Pablo a los Gálatas.

Ante la posibilidad de una ley que permita a personas del mismo sexo ser “matrimonio” y vivir profundamente el amor y la sexualidad, entendemos que aprobarla, acompañarla y profundizarla nos pone en el camino del Evangelio de Jesús. Un Jesús que nos ha revelado el rostro amoroso de su Dios. No necesariamente ni siempre, la iglesia oficial, y sus opiniones, coinciden con el Evangelio. Este tema es uno de esos casos.

Veamos:

- Jesús nunca fijó una doctrina cerrada sobre el matrimonio, simplemente siguió las costumbres de su época y avanzó en reconocer y defender, de una manera especial a las mujeres, en un contexto social machista y patriarcal….

- Jesús jamás condenó ni mencionó la homosexualidad, sí se enfrentó a los soberbios, a los que se creían puros, a los que tenían el poder opresor, a los que esclavizaban, a los que humillaban…

- Jesús siempre puso la Ley al servicio de una mayor humanización, donde el centro sea la persona y, sobre todo, los proscriptos, los olvidados, los últimos…

- el término “homosexual” no aparece en la literatura sino hasta fines del siglo XIX, en los tiempos bíblicos no existía una comprensión elaborada de lo que actualmente entendemos por orientación sexual…mal se podría condenar la homosexualidad....

- si algunos textos del Antiguo Testamento, parecen condenar la homosexualidad, en realidad lo que están rechazando, es, o la idolatría que tal práctica revelaba o, en todo caso, como en el caso de Sodoma, la falta de hospitalidad, en Ezequiel 16:49-50 por ejemplo, “Sodoma” es soberbia, gula y no socorrer al pobre y al indigente, es decir, no tiene nada que ver con un pecado “sexual”. Por otra parte, esos textos del Antiguo Testamento, jamás se refieren a las lesbianas, solo hablan de los varones.

- si algunos textos de las cartas apostólicas incluyen en sus listas de “pecado” a la homosexualidad, es solo para adaptarse a los códigos morales greco romanos, y en ese sentido recordar el pecado de idolatría que tales costumbres significaban, o condenar las practicas de abuso, prepotencia, explotación sexual, sean estas hetero u homo sexuales, pero de ninguna manera expresan una condena a la homosexualidad como tal…

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