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miércoles, 28 de septiembre de 2011

El aborto nunca tuvo una oportunidad con nosotros: nuestra experiencia en tener una hija discapacitada - notifam.net


Por Matt Lowell
27 de septiembre 2011 (Notifam) – Permítanme comenzar diciendo que el aborto nunca tuvo una oportunidad con nosotros.
Nos dimos cuenta en noviembre de 2005 que íbamos a tener un bebé. Yo acababa de salir del Ejército, y nos habíamos establecido en la ciudad de Cibolo en el Estado de Texas – muy cerca de la ciudad de San Antonio, en los Estados Unidos de América. Cuando empezamos a tratar de tener un bebé, nos sorprendió el tiempo que tomó. Siempre he bromeado acerca de mis pequeños “nadadores”, y la forma en que probablemente estuvieran nadando en círculos. Por eso rezamos, y dijimos a Jesús que si él nos bendecía con un bebé, educaríamos a nuestro hijo sobre Jesús y lo/la criaríamos como católica. Poco después, nos enteramos que Becky estaba embarazada.
Becky era la administradora de la oficina de un médico especialista en oído, nariz y garganta, y continuó trabajando. Ella siempre había comido bien, y mantenía un estilo de vida muy activo corriendo, caminando, andando en bicicleta y trabajando, de modo que nos sentíamos muy bien acerca de todo. Pero alrededor de marzo de 2006 fuimos a hacer un sonograma y toda nuestra feliz existencia se vino abajo alrededor de nosotros.
La médica de Becky dijo que era difícil de decir, pero pensó que había visto un labio leporino y el paladar hendido. Pero sólo para estar seguros, nos iba a enviar a un especialista, quien nos dijo que no sólo nuestra niña tenía un labio leporino y el paladar hendido, sino también que no tenía estómago, y que padecía problemas en su corazón. Él necesitaba que volviéramos en una semana para otra prueba.
Después de una semana de espera muy difícil, el médico reiteró sus sospechas primeras y terminó la consulta diciéndonos que había “opciones”. Le preguntamos: “¿Qué quiere decir opciones?” Y luego nos dimos cuenta: se refería al aborto.
Le preguntamos al “especialista” si perderíamos a nuestro bebé prematuramente debido a la gravedad de los problemas. Él dijo que eso sería más que probable que sucediera, a lo cual le respondimos que si este bebé no iba a hacerlo, sería decisión de Dios de darlo por terminado, no la nuestra. Después de todo, habíamos hecho una promesa a Jesús.
Creo que volvimos para una visita más, donde el especialista vio el estómago. Tuvo que esperar que Laci abriera la boca y tragara un poco de líquido amniótico, y lo vio. Así que ahora todo lo que nuestra pequeña niña tenía era un defecto común facial de nacimiento. ¿Por qué un médico sugeriría el aborto como un diagnóstico preliminar?
Pero poco después, en julio, Becky desarrolló toxemia y se le prescribió en reposo en cama el miércoles con una prueba de esfuerzo programada para el domingo. Durante la cita, el médico dijo que Laci estaba en peligro, y que tenía que orar para saber qué hacer. Así que salió de la habitación durante unos 20 minutos, regresó y dijo que íbamos a cirugía. Una media hora más tarde, nació Laci Faith Lowell. Nació casi un mes antes, y pesaba 1 kilo 785 gramos, y tenía el más bello labio leporino bilateral – era perfectamente simétrico. Una hora más tarde tuvo problemas para respirar y se la sometió a una evacuación médica hasta Christus Santa Rosa, donde permanecería dos meses.
Una vez en Santa Rosa comenzamos a saber que Laci había pasado algunos otros problemas de salud. Además de la del labio leporino y el paladar, ella era sorda, posiblemente ciega, y tenía problemas de corazón (Comunicación Interauricular, Comunicación Interventricular, PDA y estenosis pulmonar). Estábamos muy preocupados con su función cerebral, y una tomografía computarizada demostró que “todas las partes estaban ahí”, razón por la cual estuvimos muy agradecidos.
La primera vez que nos enteramos de sus problemas me enojé mucho. No con Becky, ni con Laci, sino con Dios. Y lo dije… en voz alta. Incluso fuimos a la iglesia para conversar con nuestro sacerdote. Casi le exigí respuestas a él. Ahora me doy cuenta que yo no fui muy racional en ese momento.
Visitamos a Laci todos los días que estuvo en Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), y nos quedamos todo el tiempo que nos permitían. Yo dormía en su mesita con ella, Becky mantuvo su “estilo canguro” (piel a piel), hablamos con ella y la besamos y la abrazamos. Con el paso del tiempo nos dimos cuenta que se trataba de un ser humano pequeño, a pesar de todas las cuestiones, y ella necesitaba que la abrazáramos y la amáramos, que fuésemos todo para ella.
Salimos de la UCIN en septiembre con la orden de conseguir que nuestro bebé llegara a pesar 4,5 kilos, para que se le pudiera practicar una cirugía de corazón. Lo hicimos, y la cirugía fue un éxito, sin embargo, ella se quedó con una válvula pulmonar con agujeros, que tendrán que ser reemplazada periódicamente a lo largo de su vida.
Inscribimos a Laci en un lugar llamado Sunshine Cottage, una escuela para sordos en San Antonio, Texas, donde nos enteramos que Laci era efectivamente sorda en su oído izquierdo, pero que ella tenía algo de audición en su oído derecho. Básicamente, ella podía oir sonidos más fuertes que un motor a reacción en su oreja derecha. Además, nos enteramos que Laci tenía algo de visión en su ojo derecho. No se sabía cuánto, pero ella reconocía nuestras caras y llegaba a los juguetes. Laci fue equipada con audífonos mientras esperábamos para que ella llegara a la edad suficiente para un implante coclear.
En este punto, Becky y Laci estaban muy involucrados con la ECI (Early Childhood Intervention / Intervención en la Primera Infancia, un programa con base en Texas). ¡Tuvimos un par de cirugías para corregir el labio leporino y el paladar hendido, y luego tuvimos un implante coclear! ¡Qué cambio se produjo! Ella empezó a gatear poco después y se interesó mucho en comunicarse con nosotros. Ese pequeño cerebro estaba trabajando. Ella comenzó Preescolar en Sunshine Cottage, y consiguió graduarse para jardín de infantes para el año siguiente. Ella se desenvuelve bien, manteniéndose al día con sus compañeros de clase, tanto oral como visualmente. En algunos casos, al ser la más joven de su clase, ¡está haciendo más de lo que se espera de ella!
Así que aquí estamos hoy con nuestra bella Laci Faith Lowell. Estamos agradecidos que Dios nunca se la llevara de nosotros. Estamos agradecidos que ella se esté desenvolviendo tan bien. Estamos sorprendidos por Laci todos los días. Laci dice y hace cosas que otros niños no hacen. Ella acaba de cumplir cinco años, y utiliza comúnmente las siguientes palabras en forma correcta: grande, fabuloso, delicioso, increíble, gracias, no gracias, y muchas, muchas más. Su color favorito es cualquier tonalidad de verde, y le encanta TinkerBell y las princesas. Laci está aprendiendo a pescar conmigo, y no tiene miedo de la carnada, ni de los pescados mismos – aunque estamos trabajando con paciencia. Somos muy afortunados por tenerla en nuestras vidas. La forma en que miramos esto es que Dios nos dio a Jesús para estar más cerca de Él, y que Jesús nos dio Laci para poder estar más cerca de Jesús.
El aborto nunca tuvo una oportunidad.
Reproducido con autorización de HLI America

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