Cuando se habla del aborto selectivo en función del sexo, con el que se elimina a millones de niñas, se presenta como un problema de países asiáticos (China, India o Corea). Pero ahora sabemos que también es posible en países tan sensibles a los derechos de la mujer como Suecia. La Dirección Nacional de Sanidad y Bienestar Social ha dictaminado que no se puede negar el aborto a la mujer que no quiere tener un hijo de determinado sexo. La aclaración ha venido provocada por el caso de una mujer que ha abortado ya dos veces porque no quería tener una niña.
El caso saltó a la opinión pública en febrero de este año, cuando los medios de comunicación informaron de lo sucedido en el Hospital de Mälarsjukhuset en Eskilstuna. Una mujer había abortado ya dos veces para no tener una niña, pues ya tiene otras hijas.
El personal del hospital se sentía involucrado contra su voluntad en la eliminación de un feto porque era del “sexo no deseado”. La propia Dirección del hospital reaccionó con firmeza, y recurrió en busca de orientación a la Dirección de Nacional de Sanidad y Bienestar Social. El hospital quería saber si se puede negar a los futuros padres conocer el sexo del feto.
Sin embargo, la Dirección de Sanidad y Bienestar afirma en su dictamen que no es posible negar a una mujer el aborto a causa del sexo del feto. Aunque el personal no estaría obligado a averiguar el sexo del bebé sólo porque el paciente lo solicite.
De todas maneras, aunque el personal no tiene obligación de revelar el sexo, si los padres lo solicitan y el personal está seguro de saber la respuesta correcta deberá contestar, así lo aclara Thomas Tegenfeldt, Jefe del Departamento de Salud y Bienestar Social.
En la India y en China se ha prohibido que las clínicas revelen el sexo del feto determinado por las ecografías, pero la prohibición ha surtido poco efecto (cfr. Aceprensa 30-01-08).
Kaj Wedenberg, médico y jefe de operaciones del hospital de Mälarsjukhuset, dice que le gustaría tener la capacidad de objetar al aborto por razones de sexo del feto. “Personalmente, me gustaría poder hacerlo, por mi propio bien –porque yo también tengo una conciencia y una moral– y porque es contrario a mi modo de ver”. Y, continúa, “me doy cuenta de que es muy difícil para los médicos censurar la información que recibimos por los análisis médicos y asumir la responsabilidad de tales decisiones”.
Otros, como el psicólogo Björn Håkonsson, opinan que el hecho de que se rechace el aborto porque el feto es del sexo no deseado, es solo un escrúpulo políticamente correcto. ¿Por qué rechazar este motivo si se permite la libertad de abortar?
En Suecia existe una ley de plazos que deja el aborto libre hasta la semana 18. El sexo del feto se puede conocer antes de ese plazo. Una nueva prueba propuesta por Lorgen GP Business Information Center-BIC/CEEI, disponible también en España, permite conocer el sexo del feto a partir de la octava semana del embarazo. Con un sencillo análisis de sangre de la madre, se examinaría la pequeña porción de DNA del hijo/a que pasa a la sangre materna a partir de la quinta semana.
Con la ley de plazos que propone en España el gobierno, que dejaría libre el aborto en la práctica hasta la semana 22, nada impediría el aborto selectivo en función del sexo dentro de ese plazo.
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