La secretaria de la Provincia Eclesiástica de Madrid, María Rosa de la Cierva, destacó ayer que “se están haciendo cosas muy lamentables” al referirse a las iniciativas con las que el Gobierno socialista pretende legislar la moral y la conciencia de los ciudadanos con la posible despenalización de la eutanasia, la ley del aborto, la laicidad, la “Educación para la Ciudadanía”…En el programa La Mañana de la Cadena COPE, dirigido y presentado por Federico Jiménez Losantos, María Rosa de la Cierva declaró que “todas estas leyes vanguardistas del divorcio, del aborto y de la eutanasia son una solapada persecución a la Iglesia Católica”. Según señaló, ante ello, los católicos deben ser conscientes de esa realidad y mantenerse firmes y defendió que “las exigencias de nuestra fe y de nuestra moral deben estar por encima de las imposiciones legales”.Preguntada sobre las declaraciones del ministro de Sanidad, Bernat Soria, acerca de que “España ya está madura para la eutanasia y para una nueva ley del aborto”, afirmó que “la postura de la Iglesia es nítida, clara y de toda la vida”. “La iglesia –afirmó- ha defendido, defiende y defenderá siempre la vida porque Dios es el único Señor de la vida y de la muerte”. “Esta es la raíz de la moral católica”, agregó.Partiendo de los Mandamientos, en concreto el quinto que dice “No matarás”, la secretaria de la Provincia Eclesiástica de Madrid se refirió al magisterio de los sucesivos Pontífices a lo largo de los siglos y al de los obispos en sus respectivas diócesis sobre la defensa “absoluta de la vida desde el momento de su concepción hasta su fin natural” y recordó que la Iglesia “nunca aceptará la muerte de un ser inocente”."Cultura de la muerte" frente a la "cultura de la vida"Según manifestó, hoy en día se está fomentando la “cultura de la muerte” frente a la “cultura de la vida” y añadió que “no se puede confundir lo legal con lo moral”. Así, diferenció que el término “despenalizar” habla de legal mientras que “vida” se refiere a la moral, por lo que “terminar con una vida humana, incluso desde su momento embrionario, siempre irá en contra de la moral de la Iglesia, que salvará la dignidad de la persona humana”.
