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lunes, 22 de febrero de 2010

Más familias y más hijos para superar la crisis (I)

El profesor Tommaso Cozzi responde a quienes apoyan las tesis malthusianas
ROMA, jueves, 7 enero 2010 (ZENIT.org).- El pasado 31 de diciembre el Tribunal Supremo de Kuala Lumpur anuló la orden del Ministerio del Interior que impedía a la Iglesia Católica publicar la palabra “Alá”, para referirse al Dios cristiano, en el semanario católico Herald.
Sobre la polémica que continúa (iniciada por numerosas organizaciones musulmanas y grupos en Facebook) interviene el obispo Paul Tan Chee Ing de la diócesis de Melaka-Johor concediendo una entrevista a ZENIT.
Este jesuíta de 69 años considera que la Iglesia en Malasia debe seguir luchando por los derechos de los no musulmanes, promoviendo el diálogo interreligioso en el país.
-Durante muchos siglos, musulmanes y cristianos han convivido en paz en Malasia y el uso de la palabra “Alá” no fue nunca motivo de enfrentamiento. ¿Qué piensa de la prohibición a los cristianos de decir “Alá” para llamar al propio Dios? ¿Es sólo una batalla lingüística?
Monseñor Paul Tan Chee Ing: Usted tiene razón y sólo recientemente no sólo “Alá” sino también otras palabras de origen árabe –como por ejemplo “rasul”, “baitullah”, etc- han sido prohibidas a los fieles no musulmanes.
Por tanto, no es una batalla lingüística. En cambio es una batalla por los votos, por tanto política. La Organización Nacional de Malasios Unidos (UMNO) teme perder contra el Partido Islámico (PAS) de oposición, el cual se ha expresado en cambio a favor de los no musulmanes y sobre el igual derecho que estos tienen a usar la palabra “Alá”.
La UMNO, partido musulmán dominante dentro de la coalición Barisan Nacional, tiene miedo de perder el voto de los malasios que representan cerca del 60% de la población. Y en Malasia, lamentablemente, los malasios se identifican con los musulmanes, único país en el mundo en el que en la Constitución se liga la religión a la etnia.
En el Corán, en la sura 5,69 y en la sura 22,17, y más explícitamente en la sura 2,62, se dice que los judíos, los cristianos, los sabeos y los musulmanes dan culto a Alá. ¿Cómo puede entonces un musulmán ir contra su Sagrado Corán? No es posible. Y si lo hace es por mera ignorancia o por razones de oportunidad política.
Cualquier estudioso objetivo puede confirmar que la palabra “Alá” es pre-islámica y tiene su raíz en la lengua semítica. Musulmanes árabes y musulmanes indonesios recurren todos al término “Alá”.
No se piense sin embargo que todos los malasios musulmanes sean contrarios a que los cristianos hagan uso del término “Alá”, al contrario. Por ejemplo, el consejero espiritual del PAS, Datuk Abdul Aziz Nik Mat, se ha expresado así en The New Straights Times: “Mientras no se abuse de la palabra, los no musulmanes pueden hacer uso de ella”.
Los malasios-musulmanes están por tanto divididos sobre la cuestión y, según un comentarista político, esto es exactamente lo que quiere la UMNO, es decir esta es su estrategia para ganar las próximas elecciones generales.
La UMNO se encuentra entre la espada y la pared, como se suele decir. Si permite a los no musulmanes usar el término “Alá”, perderá el voto de quienes en cambio no son malasios pero que son todavía importantes en algunas circunscripciones.
-Diversas organizaciones no gubernamentales y grupos creados en Facebook han protestado contra la decisión del Tribunal de permitir el uso del término “Alá” en el Herald, el semanario católico. ¿Qué opinión tiene respecto a estas crecientes campañas para hacer presión sobre Gobierno para que intervenga?
Monseñor Paul Tan Chee Ing: Pero ¿quiénes son estas 26 organizaciones musulmanas no gubernamentales, llamadas Wehnah, etc? ¿No están alineadas con la posición de la UMNO? Si son sinceras, entonces mi respuesta a la primera de sus preguntas vale para ellos: les mueve la ignorancia, los prejuicios políticos o meros intereses personales.
-A pesar de la decisión del Tribunal, el National Fatwa Council ha emitido una fatwa en la que se dice que el nombre de “Alá” es exclusivo del Islam. Suena como una contradicción...
Monseñor Paul Tan Chee Ing: También la declaración pública del PAS según la cual los no musulmanes pueden recurrir a la palabra “Alá” es una contradicción respecto a los que ha establecido el National Fatwa Council. Contradecir es otro juego para hacer política.
-El Ministerio del Interior ha recurrido en apelación contra la sentencia del juez Lau Bee Lan. ¿Cuál es la respuesta de la Iglesia?
Monseñor Paul Tan Chee Ing: El Ministerio no sólo ha hecho ya apelación al Tribunal Supremo sino que incluso ha presentado la petición de suspensión de la orden emitida por este. En cuanto a la Iglesia, debe sentirse tranquila, firme en la defensa de los derechos de los no musulmanes, así como se afirma en nuestra Constitución federal, y colaborar con todas las personas razonables, tratando de mantener la armonía, no provocando al otro con palabras o acciones y no dejándose abatir. Cierto, es un camino difícil.
-¿Cuál es el ‘estado de salud’ de la Iglesia local en Malasia y su papel en el futuro de la Iglesia universal?
Monseñor Paul Tan Chee Ing: Dado que soy malasio, podría ser parcial. Pero tengo mucha experiencia madurada en muchos países del mundo, incluída Italia donde viví diez años. Personalmente considero a la Iglesia malasia muy estable, unida y fuerte. Nuestro movimiento ecuménico y la cooperación interreligiosa hasta ahora han sido buenos, a pesar de alguna dificultad.
Las estadísticas de la población católica han mostrado un estancamiento numérico por muchas razones: los católicos chinos e indios tienden a tener menos hijos que los malasios; sus hijos son enviados a estudiar fuera a causa de la discriminación hacia ellos en las universidades, y muchos no vuelven a Malasia justo por el miedo de ser discriminados; muchos padres siguen a los hijos que han elegido casarse con una persona de otro país y van a vivir allí, donde se sienten bien y pueden salvarse.
A pesar de todo esto, las iglesias están en general llenas de hombres mujeres y niños. Es una Iglesia vibrante. La Iglesia local ha tratado de ayudar a otras diócesis más pobres de otros países. Por ejemplo, en nuestra diócesis de Melaka-Johor, hemos reunido cada año, a pesar de que no somos ricos, cien mil ringgit malasios para donarlos a la Iglesia en Kenia, en Myanmar y en Laos. Esto imitando a la primera iglesia católica del tiempo de los apóstoles.
También hemos colaborado con los protestantes, budistas, sij e hindúes. La aportación que los malasios damos a la Iglesia universal es la defensa de la verdad y de los derechos de las personas contra todo pronóstico, porque sabemos que Dios, que es el Señor de la historia, ve y sabe todo. Y la comprensión de lo que está equivocado no tardará en llegar, según sus tiempos y siguiendo sus caminos. ¡Hay que tener paciencia!

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