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domingo, 13 de septiembre de 2009

Cómo invertir mejor en la infancia - Aceprensa (nota completa clic aquí)

Por Álvaro Bustos
El informe de la OCDE Doing Better for Children, publicado a principios de septiembre, pasa revista al gasto público en la atención a la infancia y ofrece recomendaciones a los gobiernos para invertir mejor en este campo. Aunque habla de la infancia, el informe se extiende hasta los menores de 18 años.
Los países con mayor renta pueden gastar más en la infancia. Es lo que explica la diferencia entre los 16.500 € que invierte México y los 143.000 € de Noruega, último y primero según los datos recabados por los investigadores de la OCDE. España se sitúa en la mitad baja de la tabla con 63.000 €, lejos de los 98.000 € de EE.UU. y de los 115.000 € de Francia. Por su parte, Grecia, Corea y Nueva Zelanda invierten menos de lo que cabría esperar de sus posibilidades económicas.
Tres tipos de gastos
Tres son los principales ámbitos a los que se dirigen las ayudas. Un 60% del gasto medio de los países de la OCDE cubre conceptos relacionados con la educación infantil. Un 25% va dirigido a ayudas en efectivo a familias con hijos, un porcentaje aún más amplio en países como Austria, Alemania o Gran Bretaña. El tercer tipo de ayuda es la subvención por servicios de guardería infantil, partida bastante amplia en los países nórdicos (una quinta parte del gasto total), pero más reducida en los países asiáticos y del Pacífico.
Existen también diferencias en el tramo de edad infantil al que los gobiernos dirigen sus inversiones. Suiza y Corea invierten poco en la infancia temprana (menores de 5 años), todo lo contrario que Hungría, Finlandia o Eslovaquia. México y España contrastan con la media de la OCDE por su inversión relativamente elevada en la infancia media (entre 6 y 11 años). Francia, Bélgica e Irlanda optan más bien por el tramo de la infancia tardía (a partir de 11). En conjunto, la infancia media se lleva un 36% de los recursos en el promedio de todos los países estudiados, frente al 40% del período tardío y el 24% del temprano.
Calidad de vida y educación
Lo cierto es que ningún país destaca en todos los índices de bienestar infantil. En efecto, para trazar la radiografía completa de la infancia el estudio cruza información procedente de diversos indicadores. Por ejemplo, el bienestar material de los niños se obtiene a partir de las rentas de las familias en las que viven, de los índices de pobreza infantil (más del 20% en países como México, Polonia y EE.UU.) y de las informaciones sobre acceso a material escolar.
Para obtener los índices de calidad en el apartado educativo se vuelve sobre los resultados del ya conocido informe PISA. Italia, España y Reino Unido superan la media de la OCDE (7,9%) en el porcentaje de jóvenes sin educación, empleo ni en formación profesional (llamados neets: “Not in Employment, Education or Training”). México y Turquía arrojan un promedio aún más negativo. En conjunto, se da más el fenómeno neet entre chicos que entre chicas.
La calidad de vida escolar se pondera a partir de dos índices: el porcentaje de acoso escolar (lo denuncia un 11%) y la sencilla respuesta de los mismos chicos a la pregunta de si les gusta el colegio: tan sólo un 27% afirman estar contentos en la escuela. Todavía por debajo de esta cifra se sitúan países como Chequia, Italia o, significativamente, Finlandia, gran triunfadora del informe PISA.

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