Por Mónica del Río
No podrán expresarse libremente los que defiendan el orden natural. Sería delito criticar el estilo de vida homosexual. Tiene dictamen en la cámara baja el proyecto que intenta modificar la ley antidiscriminatoria para incluir la no discriminación por "género, identidad de género o su expresión, y orientación sexual". El proyecto fue impulsado por la Coalición Cívica y, con el apoyo del kirchnerismo, quedó listo para ser debatido en el recinto.
La comisiones de Derechos Humanos y Legislación Penal, de la Cámara de Diputados de la Nación, emitieron dictamen conjunto sobre el proyecto de Marcela Rodríguez (exp. 254/2009) que intenta, una vez más, modificar la Ley Antidiscriminatoria. Se incorporarían, entre otros, la no discriminación por “género, identidad de género o su expresión, y orientación sexual”. Una lectura bíblica -aún dentro del templo- podría ser interpretada como un acto discriminatorio y el que la predique llevado ante los tribunales. Esto podría ocurrir, por ejemplo con: "ni los afeminados, ni los homosexuales (...) heredarán el Reino de Dios" (I Corintios 6, 9-10).
Totalitarismo homosexual
Simultáneamente modificarían el Código Penal, lo que permitiría encarcelar a cualquiera que “alentare o incitare” la discriminación por “orientación sexual”. Con expresiones tan vagas, todo el que defienda el orden natural sería pasible de sanción penal. Por ejemplo, se podría enviar a prisión a padres que se opongan a que un activista homosexual imparta clases de "orientación sexual", con material gráfico, a un hijo de cinco o seis años.
Los jueces estarían facultados para actuar de oficio, intimando “al cese inmediato del acto discriminatorio y la reparación del daño moral y material ocasionado”. Podrían, por ejemplo, prohibir una conferencia sobre familia que mencione su estructura natural.
Se invierte la carga de la prueba
“Demostrar que el acto u omisión no es discriminatorio recaerá sobre el denunciado” (.) “Se presume discriminatoria, salvo prueba en contrario, toda disposición de carácter público o privado que depare un trato desigualitario”. Por ejemplo, podrían querellar a una congregación religiosa femenina que no admita travestis y la congregación tendría que probar que no incurrió en un acto discriminatorio.
Además de los jueces, que podrían actuar de oficio, estarían legitimados para iniciar proceso judicial “la persona o grupo de personas afectadas, el defensor del pueblo, los organismos del Estado con competencia específica en cada caso y las asociaciones que propendan a la defensa de los derechos humanos, la eliminación de toda forma de discriminación o la promoción de los derechos de las personas discriminadas”. El INADI o activistas LGBT, podrían querellar a cualquiera que diga, por ejemplo, que la homosexualidad se puede curar (ImpulsoBaires, 27/03/2009).
Voces a favor y en contra del proyecto
El proyecto de Marcela Rodríguez (Coalición Cívica) fue cofirmado por: Elisa Carca (Coalición Cívica), Claudia Gil Lozano (Coalición Cívica), Silvia Storni (UCR), Remo Carlotto (FpV), Norma Morandini (Memoria y Democracia), Laura Sesma (PS), Diana Conti (FpV), Emilio García Méndez (Solidaridad e Igualdad), Victoria Donda (Encuentro Popular y Social) y Vilma Ibarra (Encuentro Popular y Social).
El dictamen de las comisiones lleva las firmas de: los kirchneristas Nora César, Carlos Kunkel, Miguel Iturrieta, Stella Maris Córdoba, Araceli Carmona, Julia Perié, Héctor Recalde y Jesús Rejal. Acompañados por: Victoria Donda (Encuentro Popular y Social), Marta Velarde (Justicialismo Republicano), Claudia Gil Lozano (C.C.) y Ma. Graciela De La Rosa (PJ).
Presentaron disidencias totales: Hugo Acuña del MPN y Nora Ginzburg, del Frente por los Derechos Ciudadanos, que presentó su disidencia cuando el dictamen completó las 15 firmas que necesitaba para llegar al recinto.
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