Por Nicholas Dunn
NUEVA YORK, 29 de julio (C-FAM) – Cuando un joven asistente a la Conferencia de la ONU sobre la Juventud celebrada esta semana se puso de pie para formular una pregunta y se identificó con una ONG pro-vida, el moderador del evento le informó que el panel no estaba interesado en escuchar su punto de vista. Tal desinterés en el debate con los jóvenes caracterizó la reunión conclusiva del Año Internacional de la Juventud de las Naciones Unidas, titulada «Diálogo y entendimiento mutuo».
Semanas antes de la conferencia, los organizadores obligaron a las ONG a limitarse a enviar cinco jóvenes, a pesar de que muchos de ellos ya habían recibido sus cartas de admisión y habían organizado sus viajes. Un representante del Programa de la ONU para la Juventud dijo a Friday Fax que, dado que más de 1.200 jóvenes se habían inscripto para la conferencia, los organizadores se vieron obligados a limitar la concurrencia y la participación debido a la falta de espacio y por razones de seguridad.
Durante la primera mañana, muchos jóvenes se presentaron para acreditarse, con cartas de admisión en mano, sólo para ser rechazados. Lo que es peor, la sala de la Asamblea General permaneció vacía la mayor parte de la conferencia. Muchos de los jóvenes asistentes estaban desconcertados ante la escasa concurrencia y participación de la juventud. En su discurso de apertura, el secretario general Ban Ki-Moon preguntó a los asistentes si podía hacerse más por la juventud. Su pregunta fue respondida con un rotundo «sí» del grupo presente. No obstante, muchos sintieron que la ONU sólo hablaba de la boca para afuera a los jóvenes.
Con frecuencia, los moderadores de los eventos paralelos no otorgaron tiempo para la interacción entre los panelistas y los jóvenes. En uno de estos eventos, que abordaba el VIH y el sida, titulado «Fuego cruzado: un diálogo entre jóvenes líderes y dirigentes de políticas», cinco jóvenes fueron preseleccionados y se les dieron preguntas escritas. En muchas reuniones, sólo hablaron ministros y jefes de estado, mientras los jóvenes asistentes escuchaban.
La mayoría de los temas de la juventud debatidos en la conferencia se refirieron a la agenda de «los derechos y la salud sexual y reproductiva». El Fondo de Población de la ONU patrocinó nueve eventos paralelos, muchos de los cuales se centraron en la promoción de los «derechos sexuales» de los jóvenes como ser la educación sexual integral y la abolición de las leyes de consentimiento parental, así como también la anticoncepción y la despenalización del aborto.
Cuando los defensores de los derechos y la salud sexual y reproductiva enfrentaron las preguntas de los jóvenes conservadores y pro-vida, simplemente las ignoraron. Durante una reunión patrocinada por Y-PEER, rama joven del Fondo de Población, un joven asistente citó datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que revelan un incremento del 190% en el riesgo de contraer cáncer de mama para las mujeres que usan anticonceptivos orales durante al menos dos años antes de la edad de veinticinco. Los panelistas reaccionaron con desazón ante su uso de estadísticas y desacreditaron la información.
La abrumadora presencia de la juventud a favor de la vida y de la familia contrastó fuertemente con la agenda de los derechos y la salud sexual y reproductiva promovida por los funcionarios de la ONU que asistieron a la conferencia. La Alianza Internacional de la Juventud, constituida en la Conferencia Mundial de la Juventud celebrada el año pasado, en León, México, emitió la «Declaración de la Juventud a la ONU y al Mundo», que fue presentada ante la Asamblea General de las Naciones Unidas durante el debate de un panel temático de alto nivel.
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