A partir de la decimocuarta semana, los fetos inician lo que parece ser su primera relación social.
Pocas investigaciones científicas pueden resultar tan enternecedoras y fascinantes como las que nos descubren cómo es y se comporta el ser humano antes de nacer. En esta ocasión, investigadores de la Universidad de Padova (Italia), han observado parejas de gemelos cuando todavía se encontraban en las entrañas de sus madres y han llegado a una sorprendente conclusión. Los fetos se tocan el uno al otro y se rozan en lo que parece casi una caricia, un contacto en el que ponen tanto cuidado como el que emplean cuando se tocan partes sensibles de su propio cuerpo, como los ojos. Los expertos creen que esta interacción no es fruto del azar y la falta de espacio de los bebés dentro del útero, sino que nos encontramos ante la primera relación social antes de nacer. El estudio aparece publicado en la Public Library of Science One (PLoS ONE).
Los recién nacidos vienen al mundo destinados a ser seres sociales. Sólo unas horas después del parto, los bebés pueden imitar gestos de la gente que les rodea e interaccionar con las personas que les atienden. Pero, ¿esta tendencia a la interacción social está presente antes del nacimiento? Los investigadores de Padova creen que sí y que los embarazos de gemelos suponen una oportunidad única para comprobarlo. Aunque algunos tipos de contacto entre gemelos han sido demostrados desde la undécima semana de gestación, los científicos aseguran que ningún estudio ha llegado tan lejos en el conocimiento de si el contacto entre los fetos es el resultado de un control motoro o, simplemente, consecuencia de un roce accidental provocado por la proximidad espacial.
Los científicos estudiaron el movimiento de cinco pares de fetos gemelos de cinco madres diferentes con un equipo ultrasonográfico de cuatro dimensiones, un procedimiento que permite conocer la anatomía y el bienestar del feto a lo largo de su desarrollo, durante dos sesiones llevadas a cabo durante las semanas 14 y 18 de gestación.
De esta forma, observaron los movimientos que realizaban los fetos. Concluyeron que los gestos entre hermanos no eran accidentales. Inicialmente, los fetos se encuentran demasiado distantes y sus movimientos son demasiado débiles para alcanzarse el uno al otro. A partir de la undécima semana, se sucede el contacto entre las dos cabecitas, entre la cabeza de uno y el brazo del otro y, viceversa, el brazo de uno alcanza la cabeza de su hermano. Entre las semanas 15 y 22, el contacto entre los bebés se incrementa de forma constante.
Cuidadosos y tiernos
Los científicos identificaron tres tipos de movimientos: los que termina con los dedos de uno en la boca del otro, los que terminan con los dedos de uno en contacto con los ojos del segundo y movimientos del feto hacia la pared uterina. Los primeros son muy cuidadosos y tiernos, con el mismo tacto que emplean para tocarse sus propios ojos. A las 18 semanas, se tocan el uno al otro con más frecuencia de la que emplean para tocarse sus propios cuerpos, pasando el 30% de su tiempo intentando alcanzar y acariciar a su gemelo.
Los fetos de los gemelos fueron grabados durante 20 minutos cada vez y las grabaciones de vídeo se digitalizaron para el análisis de los movimientos de las manos. Si los científicos están en lo cierto, estos resultados demuestran que el ser humano ya está «programado» para mantener relaciones sociales incluso antes del nacimiento.
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