El caso dio mucho que hablar en su día y contribuye a crear jurisprudencia que avale el respeto a la libertad de conciencia.
Por fin lo han logrado. Cuatro bomberos de San Diego (California) consiguieron este jueves que un tribunal les diese la razón en su negativa a participar en el Día del Orgullo Gay de 2007.
El Departamento de Bomberos de la ciudad no sólo desfiló entonces oficialmente en la marcha homosexual, sino que obligó y coaccionó a hacerlo también a todos los miembros del cuerpo. Cuatro de ellos presentaron recurso, alegando que habían sido molestados sexualmente y que se les había obligado a asistir a escenas obscenas, y finalmente un juez ha amparado su demanda, condenando en consecuencia al Ayuntamiento.
Joseph Infranco, uno de los abogados que han asesorado a los bomberos, ha mostrado su esperanza de que las autoridades entiendan el mensaje: «Confiemos en que con esta sentencia cesen los intentos de la ciudad de obligar a la gente a participar en actos cargados de sexo aun contra sus convicciones morales y personales». Si el Departamento recurre en primera instancia, la lucha legal continuará ante el Tribunal Supremo de California.
La sentencia establece taxativamente que obligar a los bomberos a participar en la marcha del Orgullo Gay «alteró las condiciones laborales y creó un entorno de trabajo hostil y abusivo» para los demandantes.
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