Steven W. Mosher
Presidente PRI
El 25 de Julio de 1968, la carta encíclica Humanae Vitae del Papa Pablo VI reafirmó la doctrina católica sobre la vida, el amor y la sexualidad humana. En ese documento, enumeró las consecuencias de llevar una vida fuera de la doctrina católica
El Santo Padre predijo que:
En otras palabras, el Papa Pablo VI predijo que la anticoncepción pasaría de ser una “elección de un estilo de vida” y se convertiría en un arma de destrucción masiva. Los programas de control de población y esterilizaciones forzadas, las cuotas de reducción de la fertilidad y la promoción del aborto literalmente en todas partes del mundo han sido la terrible constatación histórica de lo acertado de esas predicciones.
La destrucción de la integridad del acto conyugal por la anticoncepción, tanto en su aspecto unitivo como procreativo, tiene graves consecuencia para la sociedad y para nuestras almas. La anticoncepción, en otras palabras, es un rechazo a la visión de la realidad de Dios. Es una brecha en la esfera más intima de la comunión que conoce el hombre, si exceptuamos al Santísimo Sacramento de la Misa. Es un veneno degradante que acaba con la vida y el amor, tanto en el matrimonio como en la sociedad.
Al romper la conexión natural y divinamente ordenada entre el sexo y la procreación, las mujeres y los hombres (sobre todo los hombres), se centrarán en las posibilidades hedonísticas del sexo. La gente dejaría de ver el sexo como algo que está intrínsicamente ligado a una nueva vida y al sacramento del matrimonio.
¿Alguien podría dudar que todo esto no se esté cumpliendo ya en la actualidad?
Padre Paul Marx, OSB, es el Fundador de Population Research Institute y se desempeñó como Director desde 1996 hasta 2010
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