En lo que se califica como un grave retroceso para libertad de expresión y la libertad religiosa en los Estados Unidos, la Corte Suprema de ese país dictaminó que un grupo de estudiantes cristianos no tienen derecho a reglamentar la pertenencia a su asociación.
El 28 de junio pasado se conoció la sentencia en la que por 5 votos contra 4, la Corte Suprema refrendó la decisión de la Corte de Apelaciones del Noveno Distrito, que negó el derecho a un grupo de estudiantes cristianos de ser reconocidos como asociación, ya que sus reglamentos excluyen a no cristianos y a aquellos cristianos que vivan un “estilo de vida sexual inmoral”.
El caso llegó a la Corte a raíz de la decisión del Hastings College of the Law de la Universidad de California (San Francisco), de no reconocer a la asociación de estudiantes Christian Legal Society (CLS). Los reglamentos de la asociación exigían no sólo la pertenencia al cristianismo, sino un estilo de vida coherente con la doctrina cristiana, y establecían que sus miembros, de no mantener un estilo de vida sexual moral, podían ser excluidos, perder su derecho elegir autoridades o a ser elegidos. La Corte de Apelaciones dio la razón a la universidad, y la Corte Suprema confirmó ese fallo, declarando que esas cláusulas “discriminaban por pertenencia religiosa y por orientación sexual”.
El fallo fue redactado por la jueza Ruth Bader Ginsburg, conocida por su postura eugenista. Ginsburg declaró el año pasado al New York Times que el fallo Roe vs. Wade, que liberalizó el aborto en Estados Unidos, evitó el crecimiento de grupos de personas “de las que no queríamos que hubiera muchos”.
Abolir el celibato del clero católico
Recordemos que en el Reino Unido, el anterior gobierno del laborista Gordon Brown, intentó obligar a la Iglesia Católica a incorporar al ministerio sacerdotal a mujeres y a homosexuales y a abolir el celibato de los clérigos. En diciembre pasado, los obispos de Inglaterra y Gales denunciaron que la entonces Ministro de Igualdad, Harriet Harman, quería prohibir que el clero católico estuviera compuesto sólo por hombres célibes.
Richard Kornicki, un ex alto funcionario del Ministerio del Interior, coordinador parlamentario de la Conferencia Episcopal, declaró que la Iglesia podría ser perseguida por discriminación sexual si rechazaba a mujeres o a homosexuales activos como candidatos al sacerdocio, de acuerdo al proyecto de ley de Igualdad que preparó Harman. Según el proyecto no se podía impedir que los sacerdotes se casaran (con mujeres o con hombres), realizaran operaciones de cambio de sexo, mantuvieran estilos de vida abiertamente promiscuos, o realizasen cualquier otro tipo de actividades reconocidas como “formas legales de expresión sexual”.
Según el esquema del proyecto, los ministros religiosos eran convertidos en una especie de empleados públicos, a los que el Estado les otorgaba derechos y fijaba deberes. En ese momento, los obispos también denunciaron que el proyecto de ley podría significar el fin de la celebración pública de la Navidad y advirtieron que las escuelas y centros de asistencia católicos podrían verse obligados a quitar los crucifijos y las imágenes sagradas de sus paredes en el caso de que esas imágenes “ofendieran” a los trabajadores de la limpieza.
El proyecto llegó a tratarse en el Parlamento. Las protestas de los obispos católicos y anglicanos, así como de muchos fieles cristianos, hicieron que el gobierno abandonara sus pretensiones tiránicas. En esa marcha atrás tuvo particular importancia el discurso de Benedicto XVI a los obispos católicos ingleses del 1 de febrero de 2010. Sobre la igualdad de oportunidades, el Papa dijo: “Algunas leyes delineadas han llevado a imponer limitaciones injustas a la libertad de las comunidades religiosas para actuar de acuerdo con sus creencias. En algunos puntos se viola incluso la ley natural, sobre la que se funda la igualdad de todos los seres humanos y mediante la cual se garantiza esa igualdad”.
Despedido por enseñar la doctrina católica
Kenneth Howell, profesor católico, de la Universidad de Illinois fue despedido de su cátedra tras enviar en mayo, a sus alumnos del curso de doctrina católica, un correo electrónico en el que explicaba que los actos homosexuales eran contrarios a la ley moral natural. Desde 2001, Howell enseñabaIntroducción al catolicismo y al pensamiento católico moderno, en el ámbito del Department of Religion de la Universidad.
El correo electrónico fue reenviado a la Office of Gay, Lesbian, Bisexual, and Transgendered Concerns (Oficina para asuntos de Gays, Lesbianas, Bisexuales, y Transexuales) de la universidad, por un estudiante anónimo que ni siquiera es alumno del curso de Introducción al cristianismo, el cual se declaró “ofendido” por el contenido del mismo, y acusó a Howell de difundir “mensajes de odio”. Eso bastó para que Robert McKim, responsable del Departamento de Religión, comunicara al profesor Howell su cesantía, sin darle explicaciones sobre el procedimiento seguido, ni oportunidad de defenderse.
Como consecuencia Howell, también perdió su trabajo en el college católico Newman, adscrito a la universidad y dependiente de la diócesis de Peoria. El college se encarga de proveer al Departamento de Religión profesores de religión católica. Howell llevaba en la institución 12 años.
El caso se encuentra en manos de los abogados del Alliance Defense Fund, una institución legal que se dedica a la defensa de la libertad religiosa, la santidad de la vida humana y los valores familiares.
Se reduce la actividad social de la Iglesia
En febrero pasado, Catholic Charities de la Arquidiócesis de Washington, dio por terminado el programa de adopción de menores que desarrollaba desde hace 80 años. La medida se debe a la entrada en vigor en el Distrito de Columbia de la ley de “matrimonio entre personas del mismo sexo” (Civil Marriage Equality Act) y la imposibilidad de obedecer una ley inicua que manda entregar menores en adopción a parejas homosexuales. (Vid. NG 755, 847, 1015)
Listas negras de escolares
En Gran Bretaña, en marzo, el entonces ministro Vernon Coaker, anunció que desde septiembre de 2010, todas las escuelas, incluidas las elementales para chicos de 6 años a 11 años, llevarán un registro de “crímenes de odio”. En dichas listas los directivos tienen que incluir a todos los alumnos que cometan faltas de homofobia, sin importar lo mínimas que sean, incluyendo los “epítetos antihomosexuales” que los chicos puedan usar dentro y fuera de la escuela. La norma es una concreción de la Ley de Igualdad Sexual de 2007 (Sexual Orientation Regulations-SOR’s). El registro de crímenes de odio será elevado a las autoridades cada vez que éstas lo soliciten.
Las faldas discriminan a los alumnos transexuales
También en el Reino Unido, la Equality and Human Rights Commission (EHRC), en aplicación de las Sexual Orientation Regulations (SOR’s), recomendó al gobierno prohibir las faldas en las escuelas, los hospitales y en todos los organismos gubernamentales. La EHRC considera las faldas como un elemento discriminador.
En concreto, bajo la legislación existente las escuelas deben evitar cualquier “discriminación” por motivos de raza, religión, género, discapacidad y orientación sexual. La Comisión considera que los colegiales transexuales (que padecen disforia de género) pueden sentirse discriminados por las faldas. (La disforia de género es el término técnico con el que se designa algún grado de disconformidad entre el sexo asignado al nacer y el percibido como propio).
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