Por Kathleen Gilbert
PHILADELPHIA, Pennsylvania, 21 de enero 2011 (Notifam) – Un informe masivo y repleto de fotografías, sometido por un gran jurado este pasado miércoles, detalla las escalofriantes prácticas de un abortero en la ciudad de Philadelphia en el Estado de Pennsylvania en los Estados Unidos de América. Los empleados de su clínica han dado testimonio de que ellos han asistido en el parto de “cientos” de niños recién nacidos vivos que respiraban, antes de que sus médulas espinales o sus cuellos fueran cortados para completar el aborto.
El abortero, el señor Kermit Gosnell, fue arrestado el miércoles por ocho cargos de asesinato. Uno de los cargos fue un aborto mal realizado que causó la muerte de la señora Karnamaya Mongar, una refugiada de Nepal de 41 años de edad. Los otros siete cargos son por los niños. Luego de que sus restos fueron descubiertos y analizados por la policía, se pudo determinar que habían nacido vivos y luego matados.
El fiscal de distrito, el señor R. Seth Williams, diseminó el informe de 281 páginas, que sirvió de base para los cargos de asesinato en contra del señor Gosnell y nueve de sus asociados. Como parte del informe, se incluyeron las fotografías de algunas de las víctimas del señor Gosnell.
En el informe, el gran jurado comentó que varias agencias y grupos supieron de lo que ahora se conoce como “la tienda de horrores” del señor Gosnell, pero no hicieron algo al respecto. También proveyeron descripciones extremadamente detalladas de abortos mal realizados, abortos tardíos, e infanticidios, raramente vistos en documentos oficiales de un tribunal en el pasado.
“La ley del Estado de Pennsylvania requiere que los médicos provean el cuidado acostumbrado para los bebés vivientes fuera del vientre materno. En su lugar, el señor Gosnell optó por cortarles sus cuellos y almacenar sus cuerpos en varios envases del hogar, como si fuesen basura,” se señala en el informe.
En el informe, se encuentran los testimonios detallados de personal de la clínica quienes dijeron que “la matanza de bebés grandes y en su etapa avanzada, quienes habían sido observados respirando y moviéndose era un evento común”, en la clínica sucia; un empleado de la clínica dijo que tales eventos ocurrían “cientos” de veces.
Otro empleado de la clínica, la señora Tina Baldwin, le dijo a los miembros del jurado que el señor Gosnell una vez bromeó sobre un bebé que se estaba moviendo mientras le cortaba su cuello: “A esto se le llama un pollo con su cabeza cortada.”
Según la señora Kareema Cross, una empleada de la clínica, el señor Gosnell a menudo inyectaba con digoxin los bebés luego de nacer, porque no era suficientemente diestro en matar el bebé dentro del útero. La inyección con digoxin es un método usado a menudo para los abortos tardíos.
En el informe se señaló que un empleado sin licencia, que trabajaba en la clínica, intentó justificar la práctica del señor Gosnell de cortarle las médulas espinales de los recién nacidos como si fuese un “aborto por nacimiento parcial.” El gran jurado concluyó que los dos procedimientos son distintos. El aborto por nacimiento parcial ocurre cuando se succiona el cerebro de la cabeza del bebé en el momento en que la cabeza del bebé todavía se encuentra dentro de la madre, lo que facilita la extracción de la cabeza. Sin embargo, las víctimas del señor Gosnell eran matadas “cuando era claro que no había una necesidad o un justificación médica para colapsar el cráneo.”
El día después de la muerte de la señora Karnamaya Mongar, el señor Gosnell había solicitado ser miembro de la Federación Nacional para el Aborto (National Abortion Federation/NAF), pero no cumplía con los requisitos. Aún cuando un empleado de la NAF pasó varios días en la clínica de aborto del señor Gosnell, enumerando varias violaciones, la NAF no lo denunció ante las autoridades, se señala en el documento.
“A pesar de los esfuerzos de engañarla, el evaluador de la NAF tomó nota de que los expedientes no se mantenían en orden, que los riesgos no eran explicados, que los pacientes no eran monitoreados, que el equipo monitor no estaba disponible, que la anestesia era mal administrada,” se señala en el informe. “Claro, ella rechazó la solicitud del señor Gosnell. Pero ella nunca le dijo a otros con autoridad sobre todas las cosas horribles y peligrosas que había visto.”
A la vez que se dijo que “la inercia burocrática no es exactamente una novedad”, los miembros del jurado dijeron que, “Nosotros entendemos que la razón por la que nadie actuó de antemano es porque la mujeres en cuestión eran pobres y de color, porque las víctimas eran infantes sin identidad, y porque el tema era el balompié político del aborto.”
El grupo también reprendió de modo fuerte a las organizaciones reguladoras que miran del otro lado, dando así su aprobación a las prácticas criminales del señor Gosnell.
El grupo vigilante pro-vida, Operación Rescate (Operation Rescue), ha lanzado un llamado para una reformas masivas del modo en que los aborteros y las clínicas de aborto son tratados por las agencias reguladoras a nivel nacional. Según ellos dicen, la tienda de horrores del señor Kermit Gosnell ciertamente no es la única clínica de aborto de su clase operando en los Estados Unidos de América.
“Operación Rescate hace un llamado para que se realicen inspecciones de emergencia de inmediato en cada clínica de aborto en la nación. Nosotros hemos dicho a menudo que si esto se hiciera, ninguna clínica de aborto permanecería abierta, porque todavía no hemos visto una sola de éstas que se adhiera a todas las leyes con las que tienen que cumplir”, dijo el señor Troy Newman, Presidente de Operación Rescate.
“A la vez que se acerca el aniversario número 38 de Roe v. Wade (la decisión judicial estadounidense que despenalizó el aborto), es hora de que los americanos consideren lo que son los horrores del aborto y le exijan al gobierno que ponga fin a esta práctica barbárica para siempre.”
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