En el discurso escrito que entregó esta mañana, el Pontífice elogia a Uganda "los logros en los sectores de la educación, el desarrollo y la sanidad, sobre todo en la lucha contra el SIDA, así como la atención prestada a los afectados y la afortunada política de prevención basada en la continencia y la promoción de la fidelidad en el matrimonio".
El Papa alaba también a Uganda por "la culminación del esfuerzo para formalizar acuerdos de paz que ponen fin a largos años de guerra marcados por una violencia cruel e insensata" y auspicia que "todos los refugiados regresen pronto a sus hogares para reanudar una existencia pacífica y productiva".
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