Habiendo regresado recientemente de China, luego de una escrupulosa autorización de ingreso a su territorio y una visita totalmente supervisada, puedo comentar con propiedad lo que dicen los autores del artículo de Science sobre Asia. Ellos dicen que en el pasado, “algunas iniciativas asiáticas de política incorporaron elementos coercitivos” y eso me parece ridículo. Me gustaría informar que en el sur de China, en la provincia Hebei, según testigos que entrevisté, cientos de mujeres embarazadas están siendo acorraladas y obligadas a abortar aplicándole una inyección letal a su niño por nacer, en estos momentos, mientras Ud. lee esto. Es importante saber que en el pasado los autores de este artículo de Science han apoyado la política de un solo hijo de China, revelando tanto su tendencia a favor de los rigurosos programas de “planificación familiar” implementados por el Estado y, lo que es lo mismo, su completo desdén por el derecho universalmente reconocido de los padres a determinar el número de niños que quieren tener y el espacio entre ellos.
Al parecer, para los miembros del Grupo Parlamentario Británico, los programas de planificación familiar en los países en vías de desarrollo son “completamente voluntarios” pero les aseguro que no es el caso en Asia, África y América Latina. Population Research Institute ha documentado serios abusos a los derechos humanos en lo que debería todavía ser llamado programas de control demográfico en más de 40 países.3
Para reforzar sus aseveraciones, los autores señalan encuestas según las cuales supuestamente muestran una alta “necesidad insatisfecha por la anticoncepción”. Sin embargo, estas encuestas, como he demostrado en diversas ocasiones, manipulan la información a favor de su sesgo ideológico. Están diseñadas e interpretadas para mostrar lo que debería ser objetivamente evaluado.4
Manipulando las cifras
De todos modos me complace ver que los autores, en vista de la decreciente tasa de natalidad en todo en mundo, se han visto obligados a limitar considerablemente el alcance de su “análisis demográfico” y sus esfuerzos principalmente en la África subsahariana. Porque… ¿Hacia qué otro continente pueden voltear la mirada para justificar sus intervenciones? Los países desarrollados están muriendo. América del Sur esta cerca de la tasa de fertilidad de reemplazo y aún Asia ha visto dramáticas reducciones en sus tasas de natalidad durante las últimas dos décadas. Solamente en África uno puede encontrar todavía tasas de natalidad sólidas.
Y esta conducta reproductiva no es una medida irracional como muchos suponen. Más bien, es consecuencia de una persistente alza de las tasas de mortalidad infantil y de recién nacidos en aquel continente. Si Ud. sabe que uno o varios de sus hijos morirán antes de alcanzar la edad adulta, ¿no es prudente tener más hijos? Por otro lado, cualquiera que quiera reducir las tasas de fertilidad en África, debería concentrar sus energías en la reducción de la tasa de mortalidad. De esa manera, las tasas de fertilidad decrecerán consecuentemente.
Los parlamentarios británicos argumentan que será difícil alcanzar la mayoría de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) si no se realiza un “aumento substancial” en gastos para el control demográfico. Pero sus justificaciones en cada caso parecen retorcidas, hasta forzadas. Déjenme explicar lo que quiero decir.
Sostienen que será “casi imposible” lograr el ODM de erradicar la extrema pobreza y el hambre sin control demográfico. ¿No es terriblemente obtuso que el esfuerzo para eliminar la pobreza y el hambre se quiera realizar por medio de la eliminación del pobre y del hambriento? Piden pan y les damos anticonceptivos. Piden ayuda contra la malaria y el VIH/SIDA y los esterilizamos.
Aunque los programas de control demográfico generalmente son justificados en términos de ayuda al pobre y al oprimido, son otras razones las que se esconden en el fondo, por ser “políticamente incorrectas”. Considere la siguiente afirmación del Fondo de Población de las Naciones Unidas, que es citado por los autores: “…casi 1.5 miles de millones de hombres y mujeres jóvenes ingresarán al cohorte de 20 a 24 años de edad entre el 2000 y 2015, y si no encuentran trabajo, ‘impulsarán la inestabilidad política’. ¿No es una reminiscencia de aquella tristemente célebre afirmación del Estudio de Seguridad Nacional Memorándum 200, el cual en 1974 declaró que las tasas altas de natalidad condujeron a las insurrecciones comunistas? De esa manera fue que el control demográfico se convirtió en un arma más durante la Guerra Fría. ¿Son serios los autores al proponernos que controlemos el desempleo por medio del control natal? ¿A qué intereses estaríamos sirviendo con el control poblacional?
Terminar con la pobreza, eliminando a los pobres
Como todos, aplaudo que uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio sea la educación de escuela primaria universal para niñas así como para los niños. Pero seguramente hay maneras más humanas de lograr esto, en lugar de bajar la tasa de natalidad. Después de todo, las víctimas principales de los programas de control demográfico son las niñas por nacer y las recién nacidas, que son abortadas y abandonadas en grandes cantidades para asegurar la llegada de sus hermanos culturalmente preferidos. También noté que los autores fomentan la educación primaria universal como una forma de evitar que las chicas se casen y tengan hijos. Es una visión increíblemente forzada del potencial humano.
Otro Objetivo de Desarrollo del Milenio es “promover la igualdad de género y fortalecer a las mujeres,” lo que, según los autores, será logrado por la planificación familiar. Es difícil ver cómo los programas de control de la fertilidad podrían fortalecer a las mujeres cuando en realidad es a ellas a quienes las tienen en la mira, tratadas como máquinas reproductoras que deben ser inutilizadas. En Population Research Institute hemos realizado encuestas en varios países africanos, lo que muestra que mientras que las mujeres desean muchas formas de asistencia médica, “el cuidado a la salud reproductiva” no es una de sus prioridades. Si realmente desean fortalecer a las mujeres en lo que respecta a la salud, ayúdenlas a satisfacer sus necesidades de salud personal y familiar, proporcionándoles antibióticos, suplementos vitamínicos, pastillas contra la malaria, etc.
Nadie discutiría la importancia de reducir la mortalidad infantil, otro Objetivo del Milenio. Es algo sumamente asequible, a través del suministro de asistencia médica primaria y la conveniente nutrición. En cambio, los autores nos llevan hacia el retorcido e indirecto camino de reducir la mortalidad infantil…..espaciando los nacimientos. Puede ser cierto que “aproximadamente un millón de muertes infantiles por año pudieran ser evitadas si todos los nacimientos fueran en un espacio de 2 años,” pero es poco honrado para los autores afirmar que esta es su primordial motivación o el medio mas eficaz para este fin.
Su verdadero objetivo, bastante obvio, es eliminar a los diez millones y algo más de bebés cada año, que nacen antes de cumplir los 24 meses de diferencia de su hermano. Reducir la tasa de mortalidad infantil es simplemente una pantalla conveniente para su verdadero fin. Como lo admite el artículo es solamente una de las tantas formas de reducir las tasas de fertilidad.
Mejorar la salud maternal, es otro de los Objetivos del Milenio que ellos mencionan, y se aplica la misma objeción. Afirman que “la planificación familiar salva vidas, reduciendo embarazos no deseados y abortos inseguros,” pero es un efecto colateral de su verdadera meta, que es reducir el número de niños nacidos. Como todos saben, para reducir la mortalidad materna, solamente hay que resolver el problema de los partos mal atendidos. Si se hace, no sólo se salvará las 150,000 vidas presentadas por los autores, sino fácilmente 10 veces más esa cantidad.
El informe concluye con una incansable súplica que recuerda la desacreditada tesis de la bomba demográfica original: Si el crecimiento demográfico no es frenado, (digamos, en los pocos países donde actualmente todavía es un problema), entonces “cientos de millones de familias sufrirán pobreza, hambre, inadecuada educación y carencia de oportunidades de empleo.”
“Sería mejor que no nazcan”, es lo que piensan los autores pero que callan convenientemente.
1. Artículo publicado en la Revista Science en Marzo del 2007, Martha Campbell, John Cleland, Alex Ezeh, Ndola Prata, “Return of the Population Growth Factor,” Science 315 (16 Marzo 2007): 1501-2.
2. Martha Campbell, John Cleland, Alex Ezeh, Ndola Prata, “Return of the Population Growth Factor,” Science 315 (16 Marzo 2007): 1501-2.
3. Steven W. Mosher, Population Control: Real Costs and Illusory Benefits (New Brunswick: Transaction Press, 2008), especialmente Capítulo 5.
4. Steven W. Mosher, "'Reproductive Health Care,' the 'Demographic Imperative,' and the Real Health Needs of Women in the Developing World (Part One)," Linacre Quarterly Vol. 76, No. 1 (Febrero 2009), 38-42.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario