Por Mónica del Río
La próxima reunión será el martes 8 a las 10 hs.
Se realizó hoy la tercera reunión de la Comisión de Legislación General del Senado que tiene en estudio el Proyecto de ley en revisión que intenta legalizar el seudo-matrimonio homosexual (Vid Notivida Nº 690 y 697).
Los oradores
Mariano Rapetti, de la Agrupación “Putos Peronistas”: contó que están trabajando desde el 2007 en La Matanza. Tras ponderar el gobierno de los Kirchner, Rapetti dijo: “somos laburantes contemplados por el poder político” y “vamos por más”. Citó a Evita: “donde hay una necesidad hay un derecho” y añadió “un derecho que no es para todos es un lujo”. Afirmó que “la doctrina justicialista es cristiana y humanista” y que hay “dos cristianismos: el que duerme en las instituciones y el que late en el pueblo”. “Es la religión del cuerpo”, prosiguió, pero “hay dos cuerpos el Eucarístico y el biofísico del pobre”. Se dedicó finalmente a fustigar el “lugar que ocupó la jerarquía católica en los golpes militares”.
Rolando Hangling, el periodista y conductor comentó que su programa radial era diario y que estaba armado en base a llamados y mails de la gente lo que le permite conocer el pensamiento de la población, “pocas veces favorable al matrimonio gay”. Propuso un plebiscito, por la magnitud del cambio social en juego. Desligó a Buenos Aires “con un circuito comercial ‘gay friendly’”, del interior “que nos observa con estupor”. Pidió que se separe homosexualidad de matrimonio y ambos de adopción. “Los homosexuales deben ser respetados y protegidos”, el matrimonio exige “varón y mujer” (“independientemente de la religión que se profese y aunque no se profese ninguna”) y en la adopción hay que pensar en los chicos que “tienen el derecho humano a una familia”. “Yo tengo 64 años, -manifestó- y no pretendo estar primero en una lista de adopción, me parece lógico que se entregue el niño a una pareja más joven que lo pueda acompañar más tiempo y no me siento discriminado”.
Juan Cianciardo, Decano de la Facultad de Derecho de la U.Austral: planteó interrogantes de cara al “juicio de analogía” con el que el legislador distinguió quiénes pueden casarse: ¿es justo o es errado? ¿con qué parámetros juzgamos? ¿qué lo vuelve inconstitucional? ¿toda distinción es inconstitucional? Y concluyó: “la condición de la disparidad de sexos es razonable”, no se opone a la igualdad y no es la única condición, con el mismo criterio hay “heterosexuales que se podrían sentir discriminados”. “Valorar unas uniones más que otras no entraña valorar a unas personas más que a otras”. El amor “es un compromiso de donación plena entre varón y mujer”, remató, y exhortó a los senadores “a rechazar el proyecto y presentar otros que protejan la familia”.
Mónica Pinto, Decana de la Facultad de Derecho de la UBA: habló de “la igualdad de derechos consagrados por la Constitución Nacional”. Dijo que “todos tienen igual derecho a tener derechos”. Afirmó que el concepto de sexo ha avanzado hacia el “género”. Sostuvo, entre otras cosas, que: “no se puede imponer a otros parámetros morales y modelos de conducta”, que “en un mundo en evolución los nuevos modelos familiares encontraron espacio” y que “la democracia nos compromete con todos”. Ponderó El Plan Nacional contra la Discriminación “confeccionado a pedido de la (ex) Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson” y leyó parte del Plan referida al tema.
Martín Bohmer, Decano de la Facultad de Derecho Torcuato Di Tella: sostuvo que “cada uno puede elegir su plan de vida con tal que no dañe a terceros”. Señaló que a la libertad (de elegir) y a la igualdad (basada en la no discriminación) había que añadir la fraternidad política. En este momento de “fraternidad política”, aseguró, “la comunidad homosexual está marginada”. Enfatizó que “venimos de una noche de violencia y exclusión” y que “somos hijos de la shoá”. Elogió a las Madres de Plaza de Mayo por haber “resignificado los derechos humanos” añadiendo que “sobre esa resignificación fundamos los derechos de los que gozamos”. Remató pidiéndole a los legisladores un “gesto político”, “no que piensen por nosotros porque somos grandes, que recojan el guante que les arroja la sociedad y dicten una ley que termine con la desigualdad”.
Gabriel Limodio, Decano de la Facultad de Derecho de la UCA: hizo una breve referencia al contenido de la ley. Replicó a los que reclaman “una ley laica” que se “legisla con la Constitución Nacional, no con la Biblia”. Afirmó que “nadie incorpora datos religiosos” y que se confunde laicismo con laicidad; se apoyó en párrafos de la versión taquigráfica de la sesión de Diputados en la que el proyecto obtuvo media sanción. Se refirió finalmente al “orden público que el espíritu de la ley en estudio pretende alterar”.
Nicolás Laferriere, director de Investigación Jurídica Aplicada de la UCA: tomó un solo aspecto del proyecto en debate, lo que le permitió desarrollarlo mejor y evitar reiteraciones. Laferriere se centró en las consecuencias que esta reforma del Código Civil acarrearía en el sistema filiatorio y, consecuente, en la identidad. Partiendo de que las uniones de personas del mismo sexo, son infecundas y por ende no pueden tener “hijos matrimoniales”, mostró fundadamente las incoherencias jurídicas que devienen de la sanción de Diputados. Tras ello enfatizó que no se trata sólo de un problema de técnica legislativa, que “hay en juego cosas mucho más profundas”, “que es una ley injusta que importa la alteración de valores”.
Hérnan Mathieu, Decano de la Facultad de Derecho de la UCALP: aseguró que los autores del proyecto no previeron “el desbarajuste” jurídico que esta reforma del Código provoca en otros temas. Exhortó a los legisladores a no trasgredir el límite que les impone la naturaleza. Separó la figura del homosexual, “al que nadie humilla y si lo hace delinque”, del reconocimiento jurídico de sus uniones. Marcó que cuando hay diferencias no hay discriminación y que muchas veces se fijan condiciones, por ejemplo, “para ocupar un cargo público hace falta idoneidad”.
Jorge Perrino, titular de Derecho de Familia de la UCALP: explicó que los tratados, en general, hablan de personas y que sólo al referirse al matrimonio mencionan expresamente: “varón y mujer”, lo mismo, añadió, se incluyó en la ley de divorcio vincular por iniciativa de Fernando De la Rúa. Los esposos, sostuvo, “no son parientes, forman una unidad”. “El bien de los esposos exige la fecundidad, se donan mutuamente y son uno, y ese amor se plenifica en los hijos”.
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