Por Mónica del Río
HOMOMONIO EN EL SENADO: 11º REUNIÓN DE COMISIÓN
Se realizó ayer la undécima reunión de la Comisión de Legislación General del Senado que tiene en estudio el Proyecto de ley en revisión que intenta legalizar el seudo-matrimonio homosexual (Vid Notivida Nº 690, 697, 698, 704, 707, 709, 710, 711, 712 y 713).
Algunos oradores
Mercedes Monjaime, psicóloga de la Organización de madres lesbianas y empleada del INADI desde el año 2007, expuso junto a su pareja Silvina Maza: contaron que ambas deseaban ser madres y que en un grupo LGBT donde trabajaron la “homofobia internalizada” las ayudaron a encausar ese deseo. Hablaron de la hija de 8 años que una de ellas concibió con un tratamiento de fertilización artificial y crían entre las dos. Destacaron que buscaron un colegio “contenedor y respetuoso” y que asisten juntas a las reuniones de padres y actos escolares. Monjaime se quejó porque no pueden compartir la patria potestad y afirmó que los que se oponen “tienen miedo a perder el privilegio de ser mejores y poder elegir quien queda afuera”.
Andrea Majul, locutora y madre lesbiana: habló de su “esposa”, “del amor” y de los trillizos con los que “multiplicaron el amor”. Los trillizos, que nacieron con seis meses de gestación, hoy tienen 3 años y van a jardín. Enfatizó que los chicos “son felices” y que “saben que tienen dos madres”, lo que para ellos es “un dato descriptivo, no valorativo”. Con tres años ya entienden que “hay distintos tipos de familia con iguales derechos”. En tono melodramático la locutora expresó que hoy, ante la ley, su “esposa” es madre soltera y que si su “esposa” muere, los trillizos “no perderían una madre sino dos”.
Sergio Ciotti, autor de diversos artículos sobre la temática: refutó los distintos argumentos que se esgrimen a favor del proyecto. Explicó que no hay homofobia al rechazar las uniones homosexuales porque no se rechaza a la persona sino sus hábitos. Resaltó que el amor no es objeto de protección jurídica y que si así fuera otras relaciones con ese vínculo deberían ser tuteladas. Cifras en mano, destacó que son muy pocos los homosexuales que se casan en los países donde esa unión está legalizada y que muchísimos países no permiten el “matrimonio” homosexual, añadiendo: “¿el 97% del planeta es arcaico, retrógrado y homofóbico?”. Mencionó que el Código Civil impone las mismas limitaciones a los homosexuales y los heterosexuales que desean casarse. Describió distintos grupos de homosexuales y dentro de esos, a uno minoritario, el de los activistas. Al referirse a la adopción distinguió la “monoparentalidad” de la “homoparentalidad” asegurando que ‘los niños necesitan amor diferenciado de padre y madre’.
Gastón Chillier, Director ejecutivo del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales): afirmó que “el CELS protege los derechos humanos desde hace más de 30 años” y que en los 90 ampliaron la agenda incorporando “derechos humanos violados en democracia”. Centró su discurso en la lectura que el CELS hace de los tratados internacionales de derechos humanos y en las observaciones que han hecho los “comité de seguimiento” de esos tratados. Hizo un recorrido por las reformas que había sufrido legalmente el matrimonio y al referirse a la ley de divorcio vincular preguntó: “¿cuántos senadores sin esa reforma podrían contar hoy con la protección de su vínculo?”. Sostuvo que la exclusión de homosexuales genera diferencias y violación de derechos y exhortó a “evitar que se perpetúe esta violación flagrante a los derechos humanos”.
Gustavo Breide Obeid, licenciado en ciencias políticas, presidente del Partido Popular de la Reconstrucción: manifestó su deseo de que el director del CELS vuelva a hablar de derechos humanos cuando esa Cámara debata aborto. Recordó que el ciudadano que se afilia a un partido político adhiere a la declaración de principios del mismo y que ningún partido mayoritario habla de este tema en sus bases. Dijo que lo que está en juego es mucho más que una ley “es un cambio sustancial en el modelo social argentino”, “es un cambio cultural profundo”. Aseguró que es una ley que afecta al conjunto de la sociedad y describió algunos cambios que produciría en la vida cotidiana de todos los argentinos. Tras afirmar que la máxima libertad es la libertad de conciencia y que hoy se acusa de discriminar al que piensa distinto, denunció “la dictadura de las minorías”. En respuesta a la enumeración de tratados hecha por Chillier puntualizó que “somos argentinos”, reunidos en el “Senado argentino” para debatir “una ley para Argentina”. Remarcó la tradición Hispano-católica del pueblo argentino y el riesgo de la globalización: la pérdida de la identidad. Preguntó ¿esto es bueno para la Patria? ¿es bueno para el bien común (“objetivo de la política”)?. Les espetó a los “progres” que “se llenan la boca hablando de los imperialismos” y terminan trabajando para ellos. Le recordó finalmente a los senadores que su decisión no iba a ser demandada ni por grupos minoritarios, ni por las masas. Dios y la Patria se lo va a demandar, remató.
Luis D’Aloiso, director del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos Americano y del Centro de Estudios para la Política Exterior Argentina: habló de los derechos del hombre y específicamente de los “derechos subjetivos de la persona”. Criticó al iluminismo y al nominalismo, un camino que “nos llevó a entronizar un tipo de estado” en el que los hombres aspiran a legalizar “arbitrariamente” sus “necesidades” o “deseos”. Ponderó la “concepción realista” y el “orden natural”; “la filosofía perenne que siempre ha visto en la naturaleza racional la verdadera categoría de lo humano”.”No se puede llamar león a la gacela”, afirmó, del mismo modo que no se puede dejar de sindicar al homicidio como “una acto contra natura”. Enfatizó la naturaleza racional de la persona humana y señaló las consecuencias de “separar al hombre de sus notas esenciales”. “El abatimiento de la razón ha hecho proliferar los nuevos derechos”. Habló de los derechos del niño, de la obligación que tiene el estado de tutelarlos y del sentido de la educación. Afirmó que el matrimonio es una “realidad inscripta en la naturaleza de las cosas”, “una institución multisecular que ha demostrado ser la más eficaz para la consecución del bien común”. Exhortó finalmente a los senadores, “Patri patriae” (“padres de la Patria”), a oír la voz del pueblo que cotidianamente se manifiesta en toda la geografía nacional.
Completaron la ronda de oradores, entre otros, Claudio Morgado, presidente del INADI, y el periodista y activista gay Osvaldo Bazán que hicieron discursos similares a los que le escuchamos en la Cámara de Diputados, mientras que un gay, Luis Lezana, apeló a lo sensible leyendo con voz temblorosa la carta de su hijo adoptivo Daniel.
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