Por Steve Jalsevac
NEW YORK, NY, 8 de marzo 2011 (Notifam) - No fue hasta hace poco, que hubiese sido inimaginable que un judío ateo y propulsor de un derecho al aborto en los Estados Unidos de América, y quien fue personalmente responsable de las muertes por aborto de posiblemente 75,000 niños concebidos, se le hubiese descrito como “un siervo fiel y valiente del Señor”, por el sacerdote que dio la homilía en su misa de funeral católica.
Sin embargo, eso es lo que Padre Gerald Murray dijo del doctor Bernard Nathanson en la Catedral de San Patricio en la ciudad de New York, en el Estado de New York, el pasado lunes, durante la Misa presidida por el Arzobispo Timothy Dolan.
Mucho se ha escrito sobre Bernard Nathanson desde que murió la semana pasada. Y más quedó revelado el pasado lunes durante la homilía, por su elogista al final de la misa, y luego durante una recepción especial ofrecida por sus muchos amigos pro-vida, quienes fueron recibidos con entusiasmo en la Iglesia Católica de Nuestro Salvador en el sector de Manhattan, por su famoso rector, el Padre George Rutler.
Doce sacerdotes concelebraron la misa de funeral, junto con el arzobispo, incluyendo el Padre John McCloskey, quien dirigió al abortista arrepentido hacia la Iglesia Católica. También estuvieron presentes el Padre Joseph Howard, director de la Comisión Asesora de Bioética Americana, y el reconocido Padre Benedict Groeschel.
Un grupo grande de la orden religiosa, Hermanas por la Vida, estuvieron presentes, al igual que muchos líderes pro-vida, todos quienes vinieron para decirle adiós a un querido amigo y gran aliado en la lucha para defender al concebido.
El Padre Murray, quien dio lo que muchos dicen fue una homilía magnífica, contó que era su “privilegio traer el consuelo de los sacramentos al doctor Nathanson a su hogar” durante los pasados dos años. (Para leer el texto completo en inglés de la homilía dada durante la misa de funeral del doctor Bernard Nathanson, pulse aquí)
En una parte de sus comentarios, Murray dijo lo siguiente: “La gracia de Dios se hace aún más manifiesta cuando él escoge aquellos apóstoles poco esperados”, tales como Bernard Nathanson, quien había experimentado “años de profundo envolvimiento en lo que él describió como “el mundo satánico del aborto”.
El Padre Murray describió al doctor Nathanson como “un defensor valiente de la verdad auto-evidente que la matanza de las personas antes de su nacimiento es una grave injusticia”. Y continuó diciendo: “Es necesario el heroísmo. El heroísmo auténtico nunca es fácil, y sólo es posible por la gracia de Dios. Hoy reconocemos que debemos extender nuestro agradecimiento a un verdadero héroe quien no acató que tan grave injusticia ocurriese en nuestra patria. Con ello, también le damos reconocimiento a la mano de Dios en la vida del doctor Nathanson”.
La mano de Dios (The Hand of God) es el título del conmovedor libro que Nathanson escribió sobre el camino de su conversión, partiendo de “la cultura de la muerte” hasta llegar a “la cultura de la vida”.
Athina Aston, quien trabajó para Nathanson durante los pasados 17 años, coordinando sus numerosas charlas, testimonios judiciales, y declaraciones, estuvo a cargo de la primera lectura de la misa. Athina luego le dijo a Lifesitenews/Notifam, que durante el pasado año, ella todavía se reunía con Nathanson, cerca de dos a tres veces al mes, para realizar trabajos, aún hasta dos semanas antes de su muerte.
Una de las cosas que impresionó a Athina sobre su patrono evangelizador pro-vida, era “toda su energía para todo lo que era pro-vida, y su asistencia a las conferencias, de una ciudad a otra, de un país a otro. Las llamadas telefónicas no paraban”. Aún cuando Nathanson se encontraba batallando el cáncer durante los pasados 8 años, de lo que no supo Athina hasta el año pasado, ella dice que “a diario él ya estaba en la oficina cuando yo llegaba”.
Chris Bell y su esposa Joan Andrews Bell, quien pasó cerca de 5 años en prisión debido a sus actividades pro-vida, también leyó una de las lecturas de la liturgia de la misa funeraria. Chris conoció a Nathanson durante una convención del Comité de Derecho a la Vida en el Estado de New Jersey en 1986, cuando el ex abortista, aún en momentos en que todavía se declaraba “más o menos, un ateo declarado”, ayunaba antes de dar su charla a favor del concebido”.
Diez años más tarde, luego que Chris y Joan se casaron, Nathanson le pidió a Joan que fuese su madrina cuando él se hizo católico en 1996 – bautizado y confirmado por el Cardenal John O’Connor en la Catedral de San Patricio. Joan le pidió a Nathanson que fuese su médico para el parto de su hijo. La familia Bell continuó visitándolo y llamándolo; la última conversación telefónica de Joan con él tuvo lugar unas pocas semanas antes de su muerte.
Al final de la misa, el abogado Tom Moore dio una elocuente y apasionada elogia sobre su amigo íntimo de los últimos 30 años. Moore contó que Nathanson, “no solamente propulsaba los derechos del niño antes de nacer, sino también los del niño después de nacer”, y que ésa era la forma en que el abogado “lo conocía mejor”.
Moore abogó a favor de los que él describió como “los indefensos después del nacimiento, devastados y destruidos debido a la negligencia”. Él relató que Nathanson hablaba a favor de ellos en casos judiciales, como un perito, “con el mismo ardor y fervor como lo hacía por los concebidos”.
Más tarde, Moore le dijo a Lifesitenews/Notifam, que Bernie, el apodo con que lo llamaban sus amigos, “era un experto consumado en obstetricia”, y que “el frecuentemente hacía esta labor”, aún antes de que se pasara a convertir en un defensor del concebido. Y su padre, antes que él, también realizó esta labor”.
Hacia el final de sus comentarios, el arzobispo Dolan les habló a las personas presentes y les agradeció que se hayan mantenido firmes en su defensa del concebido. En cuanto al doctor Nathanson, él dijo, “Demos gracias a Dios por su vida, demos gracias a Dios por su profética valentía. Esto lo necesitamos ahora más que nunca”.
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