Por Kathleen Gilbert
WASHINGTON, Distrito de Columbia – 28 de febrero 2011 (Notifam) – Frances Kissling, la ex presidenta de las Católicas por el Derecho a Decidir (Catholics for Choice), y una figura importante dentro de la comunidad pro-aborto, le ha aconsejado al movimiento pro-aborto, que no siga ignorando la humanidad del bebé concebido, antes de que la oleada popular pro-vida, tire por la borda todas las leyes pro-aborto.
Para una columna de opinión escrita para el periódico El Correo de Washington (The Washington Post) en los Estados Unidos de América, la misma llevaba por título: “Bajo ataque el derecho al aborto – mientras que los activistas a favor de la opción del aborto se encuentran atrapados en otra dimensión del tiempo”. En dicha columna, Kissling dijo que los argumentos pro-aborto con respecto a la “privacidad” de la mujer, están peligrosamente obsoletas.
“Nosotros decimos que el aborto es una decisión que se toma en privado, y de que el Estado no tiene poder sobre el cuerpo de una mujer. Es posible que esos argumentos hayan sido efectivos durante la década de 1970, pero hoy día, no nos sirven. La idea de mantenernos enfocados en ellos, conlleva que arriesguemos perder todos los logros que hemos alcanzado”, ella señaló. “La marca ‘pro-aborto’ se ha erosionado considerablemente”.
La mentalidad pro-aborto, advirtió Kissling, se está viendo, más y más, como una mentalidad cruel e indiferente, cuando es comparada con la cultura pro-vida. “Ya no podemos fingir que el feto es invisible”, ella dijo. “Tenemos que poner fin a la ficción de que el aborto a las 26 semanas de gestación no se diferencia del aborto a las seis semanas de gestación. El feto es más visible en aquel momento, más que antes. El movimiento pro-aborto necesita aceptar su existencia y su valor.”
“Es posible que el mismo no tenga un derecho a la vida, y que su valor no sea igual al de una mujer embarazada. Sin embargo, el acto de terminar con la vida del feto no es un evento de poco significado moral.”
Kissling dijo que la opinión popular tiende a reconocer la obligación de proteger la vida del bebé concebido, más cuando ha crecido lo suficiente para poder sobrevivir fuera del vientre materno, siendo un hecho que los proponentes del aborto ignoran por su cuenta y riesgo. “El aborto no es solamente un asunto médico. Y está presente una crudeza no intencionada en dicha alegación”, ella dijo.
Ella dijo que una parte importante de la nueva estrategia, es la de no ser demasiado ambicioso: “Desafortunadamente, no vamos a recuperar el terreno perdido.” Por lo tanto, los propulsores pro-aborto deben, “de modo claro y firme, rechazar los abortos pasada la viabilidad, excepto en casos extremos”. Según Kissling, ello debe de incluir los abortos eugenésicos de niños discapacitados, o cuando el embarazo “seriamente amenaza” la salud de la mujer, de modo que agrava su “condición médica o psiquiátrica”.
Kissling exhortó a sus colegas a que relajen su agarre del concepto del aborto por demanda.
“Algunos de mis colegas en el movimiento a favor del derecho al aborto, resisten que siquiera haya un pequeño cambio en cuanto a los abortos durante el primer trimestre, temiendo que un compromiso es señal de debilidad”, ella señaló. “Si el movimiento pro-aborto no cambia, el control de la política pública sobre el aborto permanecerá en manos de aquellos que la quieren penalizar”.
Kissling también hizo un llamado para que se reglamenten los abortos tardíos, y así asegurar que haya razones adecuadas para obtenerlos. También abogó a favor de unas normas de observancia más estrictas para las clínicas de aborto. “También debemos trabajar para que las clínicas de aborto cumplan con las normas necesarias. No es cuestión de prohibir el acceso a la mismas, sino de asegurar que estén presentes las debidas medidas de protección”.
El mes pasado, la industria del aborto fue objeto de atención indeseada, luego que fueron arrestados el abortero Kermit Gosnell de la ciudad de Philadelphia en los Estados Unidos, junto con algunos de sus empleados sin licencia. A ellos se les imputaron cargos por el asesinato de una pasada clienta y varios niños recién nacidos. Se informó que Gosnell provocaba el nacimiento de los bebés concebidos, pasada su viabilidad, y entonces les cortaba sus médulas espinales.
Cuando la policía incursionó en la facilidad, se encontraron con una escena de suciedad en todas partes y de pisos ensangrentados, de mujeres parcialmente conscientes y gimiendo, postradas sobre muebles sucios, y de los remanentes desmembrados de niños concebidos, abarrotados en el congelador ubicado en el piso de abajo y en otras esquinas de la clínica.
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