El Papa Benedicto XVI celebró una Misa con los miembros del comité organizador del VI Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Ciudad de México en enero pasado y pidió que las familias cristianas sean "escuelas de obediencia y ámbito de verdadera libertad".
Desde la capilla Redemptoris Mater del Vaticano, el Santo Padre comentó la lectura de los Hechos de los Apóstoles donde San Pedro afirma "hay que obedecer a Dios antes que a los hombres".
"La Palabra de Dios nos habla de una obediencia que no es simple sujeción, ni un simple cumplimiento de mandatos, sino que nace de una íntima comunión con Dios y consiste en una mirada interior que sabe discernir aquello que ‘viene de lo alto’ y ‘está por encima de todo’. Es fruto del Espíritu Santo que Dios concede sin medida", indicó.
En este sentido, explicó que "nuestros contemporáneos necesitan descubrir esta obediencia, que no es teórica sino vital; que es un optar por conductas concretas, basadas en la obediencia al querer de Dios, que nos hacen ser plenamente libres".
"Las familias cristianas con su vida doméstica, sencilla y alegre, compartiendo día a día las alegrías, esperanzas y preocupaciones, vividas a la luz de la fe, son escuelas de obediencia y ámbito de verdadera libertad. Lo saben bien los que han vivido su matrimonio según los planes de Dios durante largos años, comprobando la bondad del Señor que nos ayuda y alienta", afirmó.
En la Eucaristía participaron el Cardenal Ennio Antonelli, presidente del Pontificio Consejo para la Familia y el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México.
jueves, 23 de abril de 2009
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