
"En este momento de grande dolor, confiamos Eluana Englaro al Señor de la vida. Las oraciones y llamamientos de tantos hombres de buena voluntad no han bastado para preservar su frágil existencia, necesitada tan sólo de una cura amorosa. Estamos apenados en esta grave circunstancia, pero no falta la esperanza, que nace de la fe y entrega a la misericordia del Padre de Eluana, su alma y su cuerpo. Es esta esperanza la que nos hace uno, uniendo a todos los que creen en la dignidad de la persona y en el valor indisponible de la vida, sobre todo cuando es indefensa. Realizamos un llamamiento a todos para que no falte esta pasión por la vida humana, desde la concepción hasta su fin natural".
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