Las terapias de “restauración social” conllevan episodios de “violencia, situaciones extremas y represión de los sentimientos”, dice la FALGBT. Sólo ayudan a cambiar una “orientación homosexual que consideran perjudicial para ellos mismos”, responde uno de los centros.
Los cursos organizados por algunas fundaciones privadas o entidades religiosas en Argentina, que ofrecen terapias para gays y lesbianas “con una orientación homosexual que consideran perjudicial para ellos mismos”, como afirma uno de estos centros, se han convertido en la diana del homosexualismo político argentino.
Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (FALGBT), asegura que la mayoría de personas que acuden a estas terapias son adolescentes conducidos por sus padres a estos centros.
El líder gay estima que existen al menos cinco de estos centros en Argentina, aunque se muestra "convencido" de que hay "muchos más" a raíz del incremento de denuncias que según él recibió la FALGBT sobre este asunto en los últimos meses.
“Violencia y situaciones extremas”
Paulón considera que las terapias de "restauración sexual" se acompañan de episodios de
"violencia, situaciones extremas, medicación y represión de los sentimientos" que vulneran, en el caso de los adolescentes, los derechos de protección de la infancia.
Las críticas de la FALGBT son bien vistas por Analía Mas, directora del área jurídica del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), quien señala que el objetivo de “sanar al homosexual” viola el primer artículo de la Ley contra la Discriminación.
Mas apunta hacia el Ministerio de Restauración Sexual de la Iglesia de la Ciudad, de la norteña localidad de Resistencia, que ofrece cursos de educación sexual en nivel básico y avanzado por un importe que oscila entre los 200 (unos 50 dólares) y 600 pesos (unos 150 dólares), según la representante del INADI.
“Educación sexual integral”
Sin embargo, Adriana Sanz, capacitadora del centro que ofrece cursos a distancia o presenciales en distintos puntos del país, asegura que se trata de “una educación sexual integral, emocional y espiritual con valores religiosos y principios de vida básicos”.
Sanz afirma que el colectivo homosexual representa un “porcentaje importante” del total de asistentes que acuden a la institución para superar “problemáticas sexuales”.
“La homosexualidad no es una enfermedad, sino un mal hábito, mala práctica o desviación sexual. Si la función sexual es aprendible, entonces todos las desviaciones son corregibles sobre la base de un sistema de aprendizaje, siempre y cuando el sujeto en cuestión esté dispuesto”, añade en su página web, ‘Placeres perfectos’.
“En conflicto con su sexualidad”
Otro de los mayores centros de restauración sexual en Argentina es la Fundación Pro Integración y Salud Sexual, que organiza cursos y terapias en Buenos Aires para personas “en conflicto con su sexualidad”, señala Magalí Luengas, psicóloga de la institución.
La mayoría de sus clientes tiene entre 18 y 30 años y acude a la entidad para tratar, entre otros asuntos, una “orientación homosexual que consideran perjudicial para ellos mismos”.
Luengas considera “aconsejable” la relación entre hombre y mujer, y califica la homosexualidad como “algo cambiable” y las terapias similares a “los grupos de ayuda de alcohólicos anónimos”.
“Homosexualidad y lesbianismo indeseados”
Otro de los centros, el Ministerio de Restauración ‘Aguas Vivas’, “provee ayuda y apoyo cristocéntrico a las personas que luchan con diferentes problemas relacionales, emocionales y sexuales”, según anuncian en su web.
En sus cursos enseñan, entre otras cuestiones, las “claves para la integridad para solteros y casados” y “cómo tratar con el abuso sexual, la adicción sexual, la homosexualidad indeseada y el lesbianismo indeseado y con otras formas de quebranto sexual y relacional (co-dependencia, dependencia emocional, etc.)”
Por otra parte, cabe recordar que Argentina se convirtió en julio pasado en el primer país latinoamericano en aprobar una reforma legal que permite la unión entre personas del mismo sexo, una medida que generó una intensa polémica en el seno de la sociedad.
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