PRINCETON, 22 de octubre (C-FAM) El llanto de un bebé rasgando el aire desde el fondo de un salón de una tradicional universidad estadounidense fue el inquietante contrapunto de una sobrecogedora argumentación a favor de los derechos de aborto.
«Un infante no tiene estatus moral porque no es consciente de sí mismo», afirmó Peter Singer, profesor de bioética.
Singer expuso este argumento en una conferencia histórica que organizó junto con otros expertos en la universidad de Princeton la semana pasada, en busca de un nuevo diálogo sobre la candente cuestión del aborto. Es notable que prácticamente no se debatiera el aborto en sí mismo, tratándose de una conferencia en la que se analizaba la práctica.
«Debemos deshacernos de la idea del mal», dijo Frances Kissling, militante de los derechos de aborto que se hizo especialista en bioética, y que también estuvo a cargo de la organización de la conferencia.
En el panel principal figuraban dos filósofos australianos de peso pesado: Singer, profesor de bioética de Princeton, y John Finnis, profesor emérito de filosofía de la Universidad de Oxford. Ambos debatieron sobre el «Estatus Moral del Feto».
John Finnis sostuvo que la biología y la metafísica determinan el estatus del feto, y, no, la ética, como indicó Singer. Además, se opuso al empleo del término «feto» diciendo que es una «mala palabra».
«El modo en que se lo utiliza en el programa de la conferencia y en su sitio web, los cuales no son contextos médicos, es ofensivo, deshumanizante, perjudicial, manipulador», afirmó Finnis. «Un sitio web que describe ecografías para madres embarazadas no habla de feto, sino de bebé, y los médicos hacen lo mismo, a menos que se trate de abortistas o de alguien que piensa que la madre estuvo o puede estar interesada en el aborto».
Finnis recalcó que los derechos son reconocidos, no conferidos, y rechazó el enfoque de Singer basado en el «estatus moral», que niega la condición de ser humano de los niños en gestación.
Singer defendió su apoyo al infanticidio al afirmar que la autoconciencia confiere estatus moral, y no pertenencia a la especie. El aborto es la matanza de un ser humano, pero no es inmoral porque el niño no pasa el examen de la autoconciencia, aseguró Singer.
En su visión utilitaria, Singer cree que puede existir el deber moral de matar a los humanos que carecen de autoconciencia, incluyendo a los discapacitados, por lo que fue criticado al contradecirse en el caso de su madre.
La conferencia buscó un nuevo enfoque de abordaje y análisis del aborto. A excepción de uno o dos casos notables, alcanzó con éxito su objetivo de conducir un debate civil entre personas que sostienen posturas antagónicas en torno al tema.
Otra de las metas de la conferencia, encontrar puntos en común entre ambas posturas, fue más difícil de alcanzar. Este tema fue abordado en la sesión de apertura por un ex asesor general de Planned Parenthood, un profesor evangélico que se autodenomina progresista pro-vida, un experto independiente en bioética y Kissling, entre otros.
Muchos participantes pro-vida expresaron su disconformidad respecto de la composición de algunos paneles, entre ellos la sesión de apertura y dos paneles sobre temas relativos al embarazo, ya que no estaban equilibrados ni contaban con expositores que pudieran expresar adecuadamente una postura firme a favor de la vida.
Kissling impactó a la audiencia durante la última sesión al afirmar sobre del derecho al aborto: «No me importa cómo lo consigan, si es a través de una constitución, la ONU, leyes estatales o leyes federales, o mediante los talibanes». La Universidad de Pennsylvania, donde Kissling ejerce como profesora invitada de bioética, suscitó críticas por nombrar a la activista con años de militancia pro-abortista y que carece de antecedentes académicos significativos.
La conferencia también fue organizada por Charles Camosy de la Universidad de Fordham y Jennifer Miller, de Bioethics International. Entre otros destacados oradores se encontraron Helen Alvare, Sunny Anand, Christian Brugger, Eleanor Drey, David Garrow, Richard Garnett, William Hurlbutt, Dawn Johnsen, Eva Kattay y Robin West.
Nota de FxF:
Peter A. D. Singer (Melbourne, Australia, 1946) es un filósofo utilitarista australiano de Derecho y más tarde de Filosofía en la Universidad de Monash (Melbourne). Posteriormente marcha a la Universidad de Oxford, donde toma contacto con el utilitarismo ético. Allí participa de protestas contra la guerra de Vietnam, y también tiene lugar su «conversión» al vegetarianismo, por influencia de algunos estudiantes, que le despertaron el interés por la ética aplicada a los animales, un trato ético a los animales, el aborto, la eutanasia, la pobreza y distribución de ingresos, entre otros.
Frances Kissling (New York, 1943) fue la presidente de la organización abortista "Católicas por el derecho a decidir" desde su fundación en 1982 hasta Febrero de 2007 en que le traspasó el mando a Jon O’Brien.
John Finnis (Australia, 1940) es un filósofo católico y tomista, que ejerce en la Universidad de Oxford y en la Universidad de Notre Dame du Lac (South Bend, Indiana, EEUU) como profesor de Derecho y Filosofía del Derecho (Professor of Law and Legal Philosophy). Es uno de los más prominentes filósofos del Derecho. Su obra "Ley natural y Derechos naturales" (original: "Natural Law and Natural Rights") es considerada como uno de los trabajos cumbres de la filosofía iusnaturalista. Es miembro de la Pontificia Academia para la Vida.
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