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martes, 31 de agosto de 2010

Educación sexual integral: datos científicos frente a sesgo ideológico - http://sinsida.biz


Educación Sexual IntegralSe han publicado en Argentina manuales de Educación Sexual Integral para la adolescencia que son buenisimos. La prueba es que a sectores antivida y antifamilia no le gustan nada.
Se trata de una colección de 3 libros de Educacion sexual integral, pero en valores, con 100 % de respeto a las convicciones morales de la persona.
El  libro 1 es propio del alumno de secundaria, el libro 2 es para el profesor, y el libro 3 es para el papa o la mama que quiera formarse un poco en como abordar la educacion afectivosexual de sus hijos.
Cada uno de estos libros se podria conseguir por separado. En especial recomendamos el numero 3 por su brevedad y bajo costo. Responda a este mail  - sinsida@gmail.com - y les informaran.
Pues bien, ante la carga critica de algunos ( CQC anda al acecho ), uno de los principales autores ha redactado lo que sigue, para quien quiera juzgar con objetividad, y ciencia.
http://www.educarhoy.org/690/educacion-sexual-integral-datos-cientificos-frente-a-sesgo-ideologico/
Se están realizando críticas sectarias y sin sustento científico al manual Educación Sexual Integral para la adolescencia elaborado por tres investigadores de la Universidad de Navarra y publicado por Ediciones Logos (www.librerialogos.com). La formación académica nacional e internacional y el grado de especialización de los autores de dicho material didáctico son probados y accesibles, ya que sus curriculum vitae son públicos y se pueden consultar en www.educarhoy.org. Queda por saber el grado de preparación y especialización sobre educación de la sexualidad de quienes critican esta publicación desde perspectivas claramente ideologizadas.
El fundamentalismo ideológico carente de argumentación científica de quienes realizan esta crítica es sorprendente en una sociedad madura y democrática, y más aún en un medio de comunicación que aspire a ofrecer una información de calidad a los ciudadanos. Una cosa es que los críticos tengan unas profundas convicciones personales a favor del aborto y otra afirmar que todo el que no esté de acuerdo con sus postulados sea un ser aberrante, acientífico y falto de profesionalidad.
Las críticas imputan a los autores del manual Educación Sexual Integral para la adolescencia (www.educarhoy.org) conclusiones falsas y califican de “aberrantes” afirmaciones que no se encuentran en el manual, como que “se desaconseja hablar a los estudiantes de secundaria sobre el uso del preservativo”. También cita como textuales frases alteradas, por ejemplo que “asistimos al aumento de la transmisión homosexual del sida” cuando en el original dice “asistimos al aumento de la transmisión heterosexual del sida y de otras infecciones de transmisión sexual (ITS)”. Estas frases no son opiniones de los autores del manual sino datos de los CDC y de ONUSIDA.
Lejos de estas manipulaciones, el manual criticado explica las limitaciones de considerar el preservativo como la única medida de prevención eficaz frente a los embarazos imprevistos, el sida y otras ITS. La ciencia dice sobre el preservativo: 1) es un anticonceptivo que tiene una eficacia práctica media del 85% (OMS); 2) reduce pero no elimina el riesgo de infección de VIH, siendo su eficiencia del 80%, según The Cochrane Library; 3) no ofrece una protección adecuada frente a ITS frecuentes, como el herpes genital, la sífilis y el virus del papiloma humano porque, incluso si se utiliza un preservativo, se puede contraer la ITS por contacto con áreas de piel infectadas que no son recubiertas por el condón, según explica el Diario de Salud de la Mujer 2007 de la Oficina de Salud de la Mujer del Departamento de Salud de EEUU; 4) si se presenta el preservativo como totalmente eficaz pueden inducir a los jóvenes a asumir un riesgo mayor del que inicialmente estaban expuestos, fenómeno que en medicina preventiva se conoce como “compensación de riesgo” y que se encuentra descrito en la literatura científica (Cassell MM et al, 2006). A la luz de estas evidencias, el director de Centro de Control de Enfermedades Infecciosas (CDC) en su informe para al Congreso de EEUU sostiene que “es insuficiente la recomendación del uso del preservativo como estrategia primaria de prevención”.
Hasta la fecha, no hay ningún país que haya logrado frenar la epidemia del sida con políticas centradas exclusivamente en la promoción del uso del preservativo. Por el contrario, los únicos países con una epidemia generalizada que de momento han logrado frenar el avance del sida han basado sus campañas haciendo hincapié en los componentes A y B de la estrategia “ABC”. Han promovido cambios de conducta dirigidos a fomentar de modo prioritario la abstinencia entre los adolescentes y jóvenes, y la monogamia mutua entre los adultos sexualmente activos y presentan los preservativos como lo que son: un modo de reducir el riesgo pero que nunca puede eliminar totalmente un riesgo. Esta estrategia de prevención fue consensuada por más de 150 expertos de diferentes países, culturas y creencias y publicada en la revista The Lancet en el año 2004 (Halperin et al, 2004). Estos son datos científicos y sería interesante que los críticos del manual Educación Sexual Integral para la adolescencia (www.educarhoy.org) presentaran datos científicos en vez de centrarse en descalificaciones e insultos sectarios.
¿Se puede afirmar, sin ser malintencionado o ignorante, que incluir estas enseñanzas en un manual de Educación Sexual Integral están alejadas del conocimiento científico? ¿No tienen nuestros jóvenes el derecho a tener una información completa para poder tomar sus decisiones en verdadera libertad? El manual Educación Sexual Integral para la adolescencia no oculta conocimientos a los jóvenes sino que les capacita mejor para tomar sus decisiones y les ofrece un estilo de vida sexual más saludable y acorde las evidencias científicas disponibles.
Son numerosos los artículos científicos publicados sobre las consecuencias negativas de la actividad sexual en la adolescencia (www.heritage.org). Según los datos de OMS, en 2008 aproximadamente el 40% de los casos de infecciones nuevas por VIH afectaban a la población de 15 a 24 años. Precisamente las conocidas consecuencias negativas de la actividad sexual en la adolescencia, como el incremento de la incidencia de ITS en los jóvenes menores de 24 años o del número de embarazos en menores, son las que motivan desde hace años que en numerosos países, y ahora en Argentina, se introduzca la educación sexual en las escuelas.
Pero para mejorar la educación sexual en los jóvenes y lograr que sea realmente integral se debe facilitar la “integración de los elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual por medios que sean positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y el amor”, según la definición de salud sexual dada por la OMS en 1974. Por tanto, la educación sexual no debe centrarse en la promoción del uso del preservativo y del relativismo respecto a las conductas sexuales, ya que enseñar a amar no es igual que enseñar a hacer el coito. En este sentido, desde hace años se están implementando cada vez más programas de educación sexual centrados en la abstinencia con unos resultados esperanzadores, como el reciente estudio de John B. Jemmott publicado en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, en febrero de 2010.
Otro aspecto destacado en la actualidad es la importancia de contar con los padres a la hora de incidir en la educación sexual de los adolescentes. Puede servir como ejemplo los recursos disponibles en www.4parents.gov y la guía ¡Padres, hablen ya! (www.4parents.gov/psu_spanish_final.pdf) elaborada por el Departamento de Salud de EEUU. Estos recursos son parte de una campaña nacional de educación pública que tiene como finalidad dar a los padres la información y las habilidades necesarias para ayudar a sus hijos a tomar decisiones saludables, entre ellas, la decisión de esperar hasta el matrimonio para tener sexo. Padres y madres, tanto de colegios públicos como privados, deberán elegir qué tipo de educación sexual prefieren para sus hijos. En este sentido, la existencia de materiales didácticos con diferentes enfoques de la sexualidad facilita a los padres ejercer su derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos, señalado en el artículo 26.3 de la Declaración Universal de los Derecho Humanos.
Todas las afirmaciones presentes en el manual Educación Sexual Integral para la adolescencia se fundamentan en la medicina basada en evidencias y están contrastadas con las publicaciones científicas de los últimos años (www.educarhoy.org). Intentar descalificar el trabajo de investigación y las enseñanzas del manual por las creencias de sus autores o por que trabajen en una Universidad de reconocido prestigio internacional y de firmes raíces cristianas es señal de intolerancia y fundamentalismo ideológico. Si se rehúye el debate científico y la búsqueda de la verdad solo quedan los prejuicios y creencias personales. Quedarse anclado en esa postura no educa a nuestros jóvenes ni les ofrece un futuro mejor.

Ignacio Gómara y Jokin de Irala.
Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra.

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