Hace cinco semanas se estrenó en España la película Bella, producida por Metanoia Films, una pequeña compañía recién creada. Su promotor, el actor Eduardo Verástegui (México, 1974) se confesaba cansado de participar en proyectos alejados de su visión de la vida y con frecuentes retratos peyorativos de la comunidad latina en EE.UU.
Así las cosas, Verástegui (actor protagonista de Bella) y su socio Leo Severino escribieron una pequeña y emotiva historia con un discurso infrecuente sobre la familia, la maternidad y el derecho a la vida. La película, rodada en 23 días con un presupuesto de 3 millones de dólares, recaudó casi 9 millones de dólares en EE.UU. Todo un éxito.
Para la distribuidora española European Dreams, ha sido su primera película, y los directivos deben de estar contentos porque Bella lleva cuatro semanas entre las 10 más taquilleras. Quienes se dedican a distribuir cine y conocen la rapidez con la que grandes películas caen de los rankings saben que mantenerse cuatro semanas es poco menos que una hazaña, máxime si no se tiene detrás una gran distribuidora y una costosa campaña de marketing.
Los buenos resultados de Bella son más llamativos si se consideran algunos datos de contexto. En la industria norteamericana una comedia urbana baratita sale por unos 30 millones de dólares. Quantum of Solace costó 180 millones y Madagascar 2, 150 millones. En España, Bella se estrenó con 100 copias, mientras que la última de la saga Bond salió con 536, Madagascar 2, con 580, y con 300 llegaron a los cines Saw V y Red de mentiras.
Bella ha superado el millón y medio de euros, una taquilla superior a casi todas las películas españolas de 2008 exceptuando Los crímenes de Oxford (8 millones) y Los girasoles ciegos (3 millones).
Mientras que la mayoría de las películas caen alrededor de un 30% en taquilla en la segunda semana de exhibición, Bella solo sufrió un descenso del 6%. Lo normal es perder un 50-60% en la tercera semana para desaparecer de la cartelera en la cuarta. Bella perdió un 23% en la tercera semana y un 17% en la cuarta.
En el acumulado total, el promedio de Bella ha sido de 12.000 euros por copia, lo que significa una rentabilidad enorme y un buen ojo de los exhibidores que apostaron por la cinta.
El caso Bella es otro de los que demuestran que hay un público suficientemente numeroso dispuesto a pasar por taquilla para ver esta clase de películas. Por otra parte, parece claro que ha funcionado el “boca-oreja” o “tamtam” cinematográfico. La presencia de Verástegui en los medios, especialmente en Internet, se ha revelado muy eficaz, quizás porque ha sabido presentar su película como una consecuencia de esa personal metanoia que da nombre a su productora.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario