Contra la voluntad de los cónyuges, un tribunal de apelación de Douai (Francia) ha revocado la sentencia de un tribunal inferior que había disuelto el matrimonio porque la esposa había ocultado a su marido que no era virgen. Este tribunal había estimado que había un vicio en el consentimiento matrimonial, ya que ella había mentido en un asunto que sabía era un elemento esencial para su marido.
La pareja en cuestión es musulmana y ambos cónyuges estaban de acuerdo en pedir la anulación. El caso suscitó polémica en el Parlamento y en la opinión pública, ya que la primera sentencia fue considerada como contraria a la libertad sexual de la mujer (cfr. Aceprensa, 11-06-2008). Fue el ministerio fiscal el que, por iniciativa del gobierno, la recurrió. La nueva sentencia establece que la virginidad no puede ser considerada como una cualidad esencial de la persona, en el sentido que prevé el Código Civil en los casos de anulación del matrimonio.
Tras defender el vínculo contra el deseo de la pareja, la ley les deja la opción de divorciarse, para lo cual no habría ningún impedimento.
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