Expertos de IFFD procedentes de distintos países se dieron cita en Madrid en un congreso titulado “La familia, escuela de derechos humanos”. Contó con la asistencia de Eric Olson, máximo responsable en temas de familia de la ONU, quien afirmó que la Asamblea de las Naciones Unidas ha reconocido siempre a la familia como la unidad básica de la sociedad.
Durante el congreso Carlos Martínez de Aguirre, Catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Zaragoza, pronunció una conferencia titulada “Familia y Ecología Social”. Ha sido nombrado recientemente presidente de Family Watch (Observatorio de la Familia) un think tank que acompaña al IFFD. Entre sus publicaciones destacan el libro Diagnóstico sobre el derecho de familia (Rialp, 1996) y más de cincuenta artículos sobre su especialidad.
— Explíquenos los objetivos fundamentales de Family Watch.
-- Se trata de reunir a expertos de diversas disciplinas para llevar a la práctica tres propósitos concretos: conocer, reflexionar y proponer. Conocer las funciones esenciales de la familia nos llevará a tener datos fiables, por ejemplo, de los efectos del divorcio en los hijos. Así, podremos reflexionar sobre ello para, por último, proponer soluciones y respuestas jurídicas.
— La meta final es fortalecer la institución familiar basada en el matrimonio estable entre hombre y mujer.
— Sí, la meta se podría definir con dos palabras y una expresión: conocerla, valorarla y dejarla ser. La sociedad necesita volver a recuperar las funciones vitales de la familia, para qué sirve y cómo funciona. Valorar la institución familiar supone divulgar, con datos estadísticos, que una estructura familiar cohesionada y de ayuda mutua incide en la estabilidad de las personas. Y por último, utilizo la expresión "dejarla ser" porque la familia es el ámbito donde se construye el futuro de las personas físicamente, pero también desde el punto de vista moral, intelectual y afectivo. La familia es el medio ambiente primario y fundamental del ser humano.
— Afirma que este medio ambiente primario del ser humano está amenazado...
— Hoy se habla mucho de “los nuevos modelos de familia” y se parte de la idea de que todos son intercambiables. Sin embargo, hay modelos de familia socialmente funcionales y otros abiertamente disfuncionales. Si queremos preservar ese medio ambiente necesario para el futuro de la humanidad es preciso apostar con decisión por las familias socialmente funcionales. El modelo formado por un hombre y una mujer comprometidos establemente ha sobrevivido a lo largo de los siglos. Por el contrario, otros experimentos intentados en relación con la sexualidad, la familia y el matrimonio sufren un constante fracaso.
— También asegura que esos nuevos modelos alternativos han supuesto una modificación del derecho de familia.
-- Como decía antes, la familia es un grupo humano de interés social primario, debido a sus funciones de subsistencia y a que es el ámbito óptimo para el nacimiento de los nuevos ciudadanos y para su humanización y socialización. Por lo tanto, el derecho de familia difícilmente puede ser neutral porque viene determinado por las funciones estratégicas de la familia y su finalidad es permitir que las familias cumplan esas funciones de la mejor forma posible.
— Por lo tanto, no puede tener la misma legislación el matrimonio entre hombre y mujer que otras formas de convivencia...
— No, por razones sociológicas y jurídicas. Desde un punto de vista sociológico, las uniones no matrimoniales son menos numerosas, poco estables y menos fecundas, rasgos que se acentúan cuando hablamos de uniones entre personas del mismo sexo. Frente a ello, el matrimonio entre hombre y mujer resulta ser el modelo familiar que mejor cumple las funciones estratégicas de la familia: es el más fecundo y el más estable.
— ¿Y desde el punto de vista jurídico?
— El compromiso matrimonial asumido por los cónyuges es reconocido por la sociedad a través de ese vínculo jurídico que se instaura entre ellos. La introducción del divorcio sin causa o del llamado matrimonio entre personas del mismo sexo aproxima el matrimonio a las uniones de hecho, desvalorizando y vaciando el matrimonio civil de buena parte de sus contenidos. Por lo tanto, no me parece coherente dar el mismo tratamiento a modelos familiares que han revelado ser de tan diferente funcionalidad social y jurídica.
— Finalmente, usted aboga por una pedagogía social de apoyo a la familia.
-- Sí, es urgente una labor de pedagogía que consiga cambiar la sensibilidad social respecto a la familia y que convenza de la importancia que tienen las decisiones políticas y legales que se adoptan sobre ella. Es preciso promover modelos familiares socialmente funcionales, que respondan a las exigencias de la ecología social y sean capaces de proporcionar un medio ambiente interno en el que las nuevas generaciones puedan nacer y desarrollarse con garantías.
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