En coincidencia con el 60 cumpleaños de la Declaración Universal de Derechos Humanos (ver Aceprensa, 10-12-2008), un grupo de intelectuales chinos ha elaborado un manifiesto en que reclaman el respeto de las libertades en su país y proponen distintas reformas políticas para asegurarlas. Uno de los firmantes, el conocido disidente Liu Xiaobo, está detenido desde principios de octubre. Otros fueron interrogados la víspera del aniversario, entre ellos uno de los principales redactores, Zhang Zuhua. El 10 de diciembre hubo más arrestos entre los participantes en una manifestación pacífica en Pekín, organizada también a favor de los derechos humanos.
El documento, firmado por unos trescientos intelectuales y publicado en Internet el 10 de diciembre, se titula Carta 08, en recuerdo y homenaje para la iniciativa similar surgida en 1977 en la antigua Checoslovaquia. La Carta 77, entre cuyos promotores y signatarios se encontraba Václav Havel, criticaba los abusos del gobierno comunista y le exigía el respeto de los derechos humanos, como el mismo régimen se había comprometido a hacer al suscribir el Acta Final de Helsinki (aprobada en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, 1975) y otros convenios. Aunque los firmantes sufrieron duras represalias (Jan Patocka murió a consecuencia de un interrogatorio, Václav Havel y otros fueron encarcelados) la iniciativa contribuyó mucho al desprestigio y debilitamiento del régimen, lo que condujo a la “revolución de terciopelo” doce años después.
Como aquellos disidentes checos y eslovacos, los firmantes de la Carta 08 se apoyan en los compromisos a favor de los derechos humanos que el régimen chino ha suscrito en teoría. Y a continuación muestran la incoherencia del gobierno comunista, que los proclama pero los incumple sistemáticamente. “China tiene muchas leyes, pero no imperio de la ley; tiene constitución, pero no gobierno constitucional”. Las consecuencias son una corrupción endémica, clientelismo, aumento de las desigualdades sociales, creciente animosidad del pueblo contra las autoridades. No hay cauces adecuados para presentar las quejas, que a menudo se silencian con encarcelamiento y aun torturas.
El documento enumera a continuación seis principios en los que se basan sus reclamaciones: libertad, derechos humanos, igualdad, republicanismo (equilibrio de intereses y poderes), democracia y gobierno constitucional.
A continuación presentan 19 propuestas de reforma política para asegurar la protección de esos principios. El primero es cambiar la Constitución, para eliminar todo lo que en ella contradice el respeto de los derechos fundamentales. Siguen la separación de poderes, la elección por sufragio universal de los miembros de las asambleas legislativas y de los gobiernos en todos los niveles (local, provincial, nacional), la independencia de los jueces y el control público de los funcionarios. Se reclaman expresamente las libertades de asociación, de reunión y de expresión, así como la libertad religiosa.
El texto insiste también en reducir la desigualdad entre el campo y la ciudad, uno de los principales motivos de conflictos en China; en la garantía de la propiedad privada; la protección del medio ambiente; el establecimiento de una buena Seguridad Social.
La Carta 08 subraya que la demanda de libertad plena es cada vez mayor en China, y la falta de respuesta por parte de las autoridades genera el peligro de un “conflicto violento de proporciones desastrosas”. La elite gobernante no podrá mantener su poder autoritario indefinidamente. “La decadencia del sistema actual ha alcanzado el grado en que el cambio ya no es opcional”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario