Los niños y adolescentes que permanecen durante horas frente a la televisión o consumen música, vídeos y otros materiales audiovisuales sin límite tienen mayor propensión a padecer obesidad, adicción al tabaco y al alcohol, y a sufrir otra serie de hábitos poco saludables. Estas son las conclusiones del informe “Medios y salud infantil y adolescente”, difundido recientemente por Common Sense Media, una entidad americana que pretende mejorar los medios de comunicación y el entretenimiento infantil.
El informe hace una revisión de los 173 estudios realizados sobre salud y uso de los medios en las últimas tres décadas, y revela que existe una “fuerte correlación entre la exposición a los medios y los problemas de salud de los niños a largo plazo”, según afirma Ezekiel Emmanuel, director del Departamento de Bioética Clínica de los National Institutes of Health y uno de los autores de la investigación. En concreto, así lo demuestra el 80% de los estudios. Las conclusiones más rotundas se refieren a la existencia de obesidad infantil entre los espectadores más asiduos, según lo avala el 86% de los estudios sobre esta enfermedad. El consumo de tabaco o una actividad sexual precoz en niños y adolescentes también se relaciona con el impacto de los medios en proporciones similares.
La investigación, en la que también han participado la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale y el California Pacific Medical Center, asegura, además, que existe una correlación entre la exposición a la televisión, música, películas y otros contenidos de los medios con el consumo de drogas o alcohol y con el bajo rendimiento académico de los escolares. Las conclusiones destacan la presencia casi continua de los medios en la vida de niños y adolescentes. “La media de exposición es de unas 45 horas por semana, frente a las 17 pasadas con los padres o las 30 en la escuela”, asegura el informe.
Para el presidente de Common Sense Media, James P. Steyer, el estudio pretende ser una llamada de atención a los padres, no tanto para impedir el uso de los medios como para potenciar sus efectos positivos y reducir al mínimo los negativos. Esta entidad sin ánimo de lucro recomienda a los padres limitar la cantidad de tiempo que los niños pasan ante la pantalla y estar atentos a lo que ven. A la vez, sugiere que los niños “dediquen más tiempo a jugar en lugar de ver y que practiquen juegos reales y no virtuales”.
Common Sense Media propone que en los colegios se enseñe cómo ser “consumidores inteligentes de contenidos audiovisuales”, ya que considera que las escuelas tienen un papel singular “para ayudar a los niños –y a los padres– a utilizar los medios y a equilibrar su uso con actividades más saludables”. También se plantea una vuelta a las “actividades físicas”, como parte del desarrollo social que necesitan los escolares.
En opinión de los promotores del informe, es preciso aumentar la investigación sobre los medios y la infancia. “Existen muchos estudios sobre el impacto de la televisión y las películas, pero en cambio hay menos sobre los nuevos medios, como Internet, los videojuegos y las aplicaciones para móviles”.
Otro campo al que habría que prestar atención, según la entidad, es el de los contenidos de los medios, ya que por lo general “no se estudia la calidad sino más bien la cantidad de horas consumidas por los niños”.
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