Por Kathleen Gilbert
BIRMINGHAM, Reino Unido, 21 de febrero 2011 (Notifam) – Una paciente de cáncer inglesa ha tramitado un mensaje poderoso sobre el valor de la vida, luego de que ella rehusara ser sometida a un tratamiento agresivo para su leucemia, en un esfuerzo por salvar la vida de su hija concebida. La niña nació el pasado mes de abril, en perfecto estado de salud.
“Mi médico me dijo que yo tenía que escoger y tomar una decisión sobre si yo iba a quedarme con mi bebé. Para mí, no había decisión alguna que tomar”, dijo Victoria Webster, de 33 años de edad, en entrevista con el periódico El Correo Diario (The Daily Mail) en el Reino Unido. “Ya yo había establecido un vínculo con mi bebé mientras ella crecía dentro de mí, y como madre, yo tenía que protegerla”.
“Los médicos se pasaban diciéndome que yo debía terminar con el embarazo – pero yo estaba resuelta a continuar con el embarazo, y mi esposo Martyn me apoyaba.”
Webster había descubierto que ella sufría de una leucemia mieloma crónica, o cáncer de la sangre, durante una prueba de sangre rutinaria que le hicieron a las 21 semanas de gestación. Los médicos, quienes le dijeron que su prognosis era buena porque se había detectado la enfermedad a tiempo, le suplicaron que comenzara con la quimioterapia inmediatamente. Sin embargo, dicho tratamiento hubiese matado a su hija concebida, Jessica.
En su lugar, Webster optó por un tratamiento menos agresivo, y esperó a que Jessica naciera en abril de 2010 por cesárea, antes de ingerir las drogas más fuertes. En estos momentos, ella está respondiendo muy bien al tratamiento al que se está sometiendo. Ella espera que pronto esté en remisión de la enfermedad.
“Esta es la mejor decisión que he hecho en mi vida. Yo no puedo imaginarme la vida sin mi hija”, dijo Webster.
“Yo estaba aterrada que aún mi tratamiento más templado le pudiera estar causando daño a Jessica, pero, afortunadamente, ella estaba perfectamente bien”, dijo ella.
“Nos compenetramos enseguida – el momento en que la cargué en mis brazos fue maravilloso”.
La mamá de la ciudad de Birmingham también tiene un niño, Lewis, de cuatro años de edad. Ella le contó a la Daily Mail que cuando a ella inicialmente le dijeron que tenía cáncer, “reaccioné de modo extraño; me sentí aliviada porque temía que me iban a decir que mi bebé sufría de algún problema”. Ella narró que “No fue hasta unos días más tarde, cuando la noticia realmente me impactó. Yo me aterroricé de que mi hijo iba a tener que crecer sin su mamá.”
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