Un 38% de los casos analizados aumentaban su atracción por el sexo opuesto o se mantenían firmes en castidad. (Publicado el 19 de septiembre de 2007).
Fue el primer estudio de campo hecho con entrevistas en profundidad a un grupo bastante homogéneo de personas que querían dejar la orientación homosexual y se llevó a cabo hace ahora algo más de tres años.
Los autores eran el profesor de psicología Stanton Jones, del Wheaton College, y el piscólogo Mark Yarhouse, director del Instituto para el Estudio de la Identidad Sexual (http://www.sexualidentityinstitute.org) de la Regent University.
Ambos reconocían las limitaciones del estudio: empezaron con 98 personas de las que 73 se mantuvieron constantes en colaborar con los cuestionarios y entrevistas. Todos ellos participaban en la metodología de los grupos Exodus [http://www.exodus-international.org], un movimiento cristiano evangélico de ex-gaysque ayuda a personas con atracción por su mismo sexo a vivir en castidad o cambiar su orientación. Por lo tanto, no da datos sobre todo tipo de terapias, sino sobre las de Exodus, que tienen un fuerte enfoque centrado en la fe, la motivación religiosa y de comunidad y la oración y por ello no atrae a toda clase de personas.
Los investigadores además agruparon a los participantes en tres categorias: una común a todos, otra subpoblacion de 57 participantes que llevaban menos de un año en Exodus, y una subpoblacion de 55 participantes que por su comportamiento e inclinaciones antes de Exodus demostraban ser claramente homosexuales, y no simplemente bisexuales o confusos.
Este tercer grupo, de inequívoca homosexualidad, es el que mas cambios reflejaban cuando se le preguntaba si seguían pensando en sí mismos como homosexuales. Eso debilitaría un argumento de los grupos homosexualistas: decir que los que “cambian de orientación no eran homosexuales, sino bisexuales”. Este estudio demuestra que no es así.
Otra forma de analizar los cambios era clasificar en seis posibilidades distintas la situación de los participantes con la terapia: desde “Éxito: cambio de orientación” a “Fracaso: identidad gay”.
Los que registraban “Éxito: cambio de orientación” (15%) más los que registraban “Éxito: castidad”(23%) sumaban un 38%. Otro 29% no podían mostrar un cambio convincente pero se mantenían esperanzados en lograrlo.
Para los autores del estudio, son porcentajes de éxito similares a los que se dan recientemente en las terapias contra la depresión usando medicinas. Solo que aquí no se usan medicinas.
El estudio también buscaba pruebas de que esta terapia causase sufrimiento psicológico, o daños psicológicos y emocionales. No se encontró ninguna evidencia de que la terapia causase daño alguno.
El estudio mostraba, por lo tanto, que es posible cambiar la orientación y también la práctica sexual. Pero, como dijeron en la presentación los autores, “el hecho de que el ser humano, unos cuantos seres humanos, puedan correr una milla en 4 minutos, no significa que todos podamos”.
Además, “la mayoría de los individuos que al final de la observación ya se declaraban a sí mismos como heterosexuales, no pretendían decir que no experimentasen ya excitación homosexual, ni que su heterosexualidad fuese inequívoca y sencilla. (...) Creemos que estas personas con historias de éxito heterosexual lo son de forma significativa, pero en un sentido complejo del término”.
Los autores del estudio pidieron “respeto a la autonomía de las personas que por sus valores personales, religiosos o no, desean cambiar su orientación sexual, así como por aquellos que desean afirmar y consolidar su orientación”.
Con este estudio queda sin base la idea de que estas terapias causan algún tipo de daño. Este estudio Jones/Yarhouse tiene sus limitaciones, pero pone en tela de juicio lo que dice –sin aportar datos, citas ni referencias meedicas- la web de la Asociacion Psiquiatrica Americana (APA):
“No hay evidencia científica publicada que apoye la eficacia de la terapia reparativa como tratamiento para cambiarse la orientación sexual. Los riesgos potenciales de la terapia reparativa son grandes, incluyendo depresión, ansiedad y comportamiento autodestructivo”.
El trabajo sistemático de Jones/Yarhouse con 73 casos (98 en su origen) no ha encontrado nada que respalde esta afirmación de la APA.
El libro con el estudio de Jones y Yarhouse se titula: ¿Ex-gays? Un estudio longitudinal de cambio religiosamente mediado en la orientación sexual. (Ex-gays? A longitudinal study of religiously mediated change in sexual orientation).
Además de la evangélica Exodus, que ha cumplido ya 31 años de experiencia, hay varios movimientos “ex gays” que colaboran en la plataforma PATH (Positive Alternative to Homosexuality), hasta un total de 13 que cubren todo el espectro judeo-cristiano.
-Courage (y su versión hispana, http://www.courage-latino.org ) es la asociación católica, con un énfasis más centrado en la castidad, la amistad y restauración de vida que en el cambio de orientación.
-Homosexuales Anónimos (Homosexuals Anonymous, cuya web no está activa) es una organizacion cristiana, confidencial, que sigue el sistema de Alcohólicos Anónimos en sus 14 pasos tradicionales (el primero, como en el alcohol, admitir que no eras capaz de gestionar tu vida emocional y no tenías poder sobre tu homosexualidad).
- JONAH ( http://www.jonahweb.org ) es Judios Ofreciendo Nuevas Alternativas a la Homosexualidad.
- NARTH (www.narth.com) es la Asociacion Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad, una organización no religiosa de profesionales y terapeutas. La web tiene muchísimo material serio y científico acerca de las terapias y el origen de la homosexualidad. Muchos de sus miembros son especialistas cuyas experiencias clínicas son comparables a la del informe Jones/Yarhouse, pero no están publicadas con la metodología de observación sistemática de este estudio.
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