La ministra de la Corte Suprema de Justicia ha reiterado su opinión favorable a una legalización cuestionada.
La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y el Centro de Estudios Legales y Sociales junto con el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, han solicitado a la Corte Suprema de Justicia de la Nación un pronunciamiento que convalide el fallo del Superior Tribunal de Justicia de Chubut que, en marzo de 2010, autorizó a que se practicara el aborto a una menor que se encontraba en el quinto mes del embarazo. De hecho se produjo el asesinato de aquel niño pocos días después del fallo. Con este pedido se busca un pronunciamiento de la Corte Suprema para que abra la puerta a la legalización del aborto.
En una reciente entrevista, la Dra. Carmen Argibay renueva su conocida posición favorable a la legalización del aborto. Llama la atención que una jueza tan importante en el ámbito de la Justicia emplee argumentos tan falaces. Afirma que el fondo de la cuestión consiste en que hay, en el caso del aborto y su legalización, dos derechos en pugna: uno es la vida de la mujer y el otro una esperanza de vida. Según la opinión de la Dra. Argibay se puede abortar porque el derecho de la madre es superior.
Se trata de un caso gravísimo de discriminación, sobre todo porque la jueza reconoce que la Constitución Nacional protege la vida humana desde la concepción. Aquí se desliza otro error. Dice que "el problema es que no sabemos cuándo empieza la concepción porque todo el mundo confunde fecundación con concepción''. Al parecer, la destacada jurista se aferra a obsoletas teorías medievales, ya que hoy existen certezas científicas irrefutables y es que en la unión de los dos gametos, el cigoto unicelular contiene toda la información genética que identifica a una persona. Coinciden, en efecto, fecundación y concepción.
La jueza dice que en los tres primeros meses de embarazo lo que existe es una esperanza de vida frágil, sugiriendo que en ese período se puede privilegiar el derecho de la madre, sobre todo porque al abortar ella no correría peligro. Probablemente piense que el embarazo es una desgracia, un accidente o una maldición. Sugiere también que a partir de los tres meses habría que privilegiar la vida del niño porque abortarlo sería peligroso para la madre.
Si la Dra. Argibay va a tener que pronunciarse en virtud de su cargo respecto a este tema, lo que tendría que hacer sería excusarse, puesto que ya ha adelantado su juicio.
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