Dale Mcalpine, predicador evangélico callejero, fue arrestado y acusado el pasado mes de abril por decir que las relaciones homosexuales son pecaminonas. Cuando finalmente fue liberado al ser retirados los cargos, Mcalpine pidió que la legislación fuera cambiada para impedir que aquellos que expresan libremente opiniones morales basadas en sus creencias religiosas tengan temor a ser arrestados y perseguidos en Gran Bretaña. Su petición ha recibido una buena acogida en la clase política británica.
(LifeSiteNews/InfoCatólica) Buena parte de los políticos que han manifestado su opinión apoyan el cambio legal que implicaría la retirada de una simple palabra de la "Public Order Act" de 1986, que ha permitido que varios cristianos sean arrestados al ofender la "sensibilidad" de activistas del lobby gay.
La enmienda propone que el término "insulting" (ofensivo) sea retirada de uno de los artículos de la ley. La propuesta ha sido apoyada por Edward Leigh, parlamentario conservador y ha recibido el respaldo tanto del presidente del Partido Liberal, Tim Farron, como del ex-ministro laborista Tom Watson. Seis parlamentarios más han firmado a favor de la petición.
A favor de la enmienda se aduce que el hecho de que el término "ofensivo" quede sujeto a la opinión subjetiva de las personas que se sienten ofendidas, abre la puerta a todo tipo de abusos.
Se da la circunstancia de que la iniciativa ha recibido el apoyo de Terry Sanderson, presidente de la National Secular Society, organización que se caracteriza por organizar virulentas camapañas anti-cristianas, quien ha asegurado que no pone objeción alguna para que sea más difícil que los ciudadanos puedan acudir a la justicia cuando se siente ofendidas.
Sanderson, una de las voces que más insistentemente piden que sea abolido todo tipo de reconocimiento público del cristianismo, aseguró a los medios su convencimiento de que la mayor parte aquellos que valoran la libertad de expresión, así como la mayoría de los demócratas, dirían que es de sentido común que no se puede acudir a la justicia para pedir protección cada vez que consideras que tus sentimientos han sido ofendidos.
Edwar Leigh, por su parte, considera que estamos ante un claro ejemplo de cómo una palabra concreta incluida en un texto legal por una serie de razones correctas, es luego usada para un fin distinto del que la ley pretendía. En el caso de la "Public Order Act" lo que se intentaba era poner fin al comportamiento realmente ofensivo de los hooligans de los equipos de fútbol del país y, sin embargo, está siendo usado por la policía para silenciar a quienes protestan pacíficamente y los predicadores callejeros.
Leig se refirió también al caso de Ben y Sharon Vogelenzang, hoteleros de Liverpool, que fueron encausados por esa ley cuando una cliente se quejó de haber sido ofendida en una discusión sobre el Islam.
Jon Glen, del partido conservador, ha comentado que "dar la opinión propia sin temor a ser perseguido o censurado es un derecho humano fundamental".
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