Por Matthew Cullinan Hoffman, corresponsal de América Latina
BRASIL, 31 de mayo 2011 (Notifam) – La presidenta brasileña Dilma Rousseff ha acordado eliminar un programa explícito que ha sido aprobado por la Organización de las Naciones Unidas/ONU, y diseñado para persuadir a los niños y adolescentes que acepten el comportamiento homosexual y el transexualismo. Ello surge luego que los legisladores protestantes y católicos, en son de protesta, amenazaron con bloquear una nueva legislación.
El programa, que fue auspiciado por el Ministerio de Educación brasileño, a la cual se hace referencia como “Escuelas Sin Homofobia”, incluye un “botiquín anti-homofobia”, con videos mostrando una caricatura de un niño masturbándose a la vez que está teniendo fantasías de sexo con un hombre, de adolescentes que conforman parejas de homosexuales, y de un estudiante “transexual” que se hace llamar “Bianca”.
En el video original, se alega que el personaje de “Bianca” se excita sexualmente cuando ve a un estudiante varón orinar en el baño. Aparentemente esa escena fue removida más tarde, al igual que otra imagen mostrando a dos niñas besarse en los labios. El programa también les provee a los estudiantes con juegos, juguetes, y letras musicales. Todo está diseñado para la normalización de la homosexualidad y de otras desviaciones sexuales. A pesar de las modificaciones en menor grado hechas a los materiales, los mismos han continuado levantando la ira de los padres de familia y de los activistas pro-familia.
Debido a una presión masiva que surgió luego de que se realizó una campaña de alta preponderancia por la red cibernética, y por parte de los legisladores, Rousseff capituló. Un congresista aliado con ella, informó que ella consideraba que el programa era “horrible” y “el fin del mundo”.
“Yo no estoy de acuerdo con el botiquín, porque yo no veo que el mismo defiende las prácticas que no son homofóbicas”, dijo Rousseff públicamente. “Yo no vi los videos, pero vi una parte de uno de ellos por televisión y no estoy de acuerdo con el mismo”.
“Nosotros no podemos interferir con las vidas privadas de las personas”, continuó diciendo Rousseff. “No se autorizará este tipo de política pública para defender A, B, C, o D. Sin embargo, el gobierno puede enseñar que es necesario respetar las diferencias y que no se puede hacer uso de la violencia para irse en contra de aquellos que son diferentes de uno”.
Previo a retirar los materiales, el gobierno se había jactado de la aprobación para el programa que había recibido de parte de la UNESCO (United Nations Educational, Scientific, and Cultural Organization / Organización para la Educación, Ciencia y Cultura) de la ONU. La misma había declarado que los videos eran “apropiados” para la audiencia objeto de los videos, que incluiría a niños de 11 años de edad.
“El material del proyecto “Escuelas Sin Homofobia” es apropiado para los grupos de edad señalados, y para el desarrollo afecto-cognitivo de los mismos”, señaló la UNESCO, tal como fue informado por el gobierno brasileño en su sitio cibernético.
La cancelación del programa, la cual ha sido causa de controversia en Brasil por más de la mitad de un año, ha sido objeto de titulares en todo el país. Las revelaciones dadas a conocer que el gobierno ha gastado más de un millón de dólares de fondos públicos para el programa, le ha añadido leña al fuego.
La derrota de “Escuelas Sin Homofobia” representa un fuerte golpe adicional en contra de las políticas públicas anti-vida y anti-familia de larga data del gobierno socialista.
El Partido de los Trabajadores brasileño, bajo el mando de los presidentes populares Luiz Lula da Silva, y de Dilma Rousseff quien es la sucesora escogida por él, han abogado de modo consistente por la despenalización del aborto y por aquellas políticas públicas que penalizarían aquellos que hablen en contra de la homosexualidad. Sin embargo, Rousseff ha visto que sus aspiraciones presidenciales se vieron amenazadas el año pasado, cuando las fuerzas pro-familia hicieron hincapié en el historial de su partido político sobre la vida humana y los temas relacionados con la familia, lo que la obligó a firmar un documento en donde señaló que no promovería la agenda de su partido.
Las encuestas tomadas de la opinión pública, al igual que las encuestas tomadas entre los congresistas representantes, también han mostrado que las posiciones pro-vida y pro-familia se han fortalecido dentro del electorado brasileño.
Aunque Rousseff ha sido cuidadosa en hacer saber su rechazo del programa, su ministra en asuntos de la mujer ha asumido un tono más desafiante.
“El programa para confrontar la homofobia es un programa definitivo. No sufrirá un revés. El gobierno de la Presidenta Dilma (Rousseff) está comprometido con el asunto de los derechos. Así lo ha demostrado la presidenta en todos su actos”, dijo su ministra principal Iriny Lopes.
Fernando Haddad, el ministro de educación de Rousseff, prometió regresar a las escuelas con materiales nuevos en cuestión de meses, luego de que lleve a cabo otra consulta con sus “peritos”. Se informa que el programa será reformulado por las mismas organizaciones sin fines de lucro homosexualistas que crearon el programa actual.
Julio Severo, uno de los activistas pro-familia de mayor influencia en Brasil, ha advertido que la administración continuará promoviendo la agenda homosexual. Él está urgiendo a los católicos y los protestantes evangélicos que se mantengan dentro de la contienda.
“Se eche o no para atrás Dilma, el liderato católico y evangélico no puede retrotraerse”, señaló Severo. Y añadió que” ante todo, es necesario desenmascarar y combatir la campaña de que, en nombre de la lucha en contra de la ‘homofobia’ en el país, se está luchando en contra de la mayoría cristiana de Brasil, y de las madres y los padres que quieren proteger a sus hijos de todo tipo de ataque inmoral”.
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