“Cuando los padres no están ahí para sus hijos, es más probable que esos chicos vivan en la pobreza, fracasen en la escuela, y acaben en prisión o en el desempleo”, advierte el ‘premier’ británico en un comprometido artículo.
El primer ministro británico, David Cameron, publicó un comprometido artículo el pasado domingo, 19 de junio, en el Sunday Telegraph, con ocasión del Día del Padre británico, en el que recuerda la importancia de la figura del padre de familia.
En el texto, Cameron carga contra una buena parte de la sociedad, arriesgando así futuros votos, con frases que recuerdan las obligaciones de los padres para con sus hijos en unos momentos en que la desvinculación en el ámbito de la familia va en aumento.
Un padre “no es quien te prohíbe salir o ver la televisión. Es alguien que ha hecho sacrificios, un día sí y otro también, y los ha hecho por ti; que te ha dado todas las oportunidades que pudo porque quería que tuvieses éxito y fueses feliz; y que tiene muchos conocimientos y mucha sabiduría que ofrecerte”, dice.
El premier británico, en su artículo ‘David Cameron: mi padre me regaló su mejor optimismo’, evoca con cariño a su fallecido hijo Ian, muerto haca ahora un año y que superó desde joven un problema de invalidez de las piernas.
Las consecuencias de no estar ahí
Cameron reivindica en su escrito las diferencias de roles que juegan el padre y la madre, “en un mundo en el que esas palabras se han vuelto intercambiables y está aceptada la idea de que ambos pueden ofrecer a sus hijos las mismas cosas”.
Sin embargo, aunque en muchos aspectos es verdad, lo cierto es que “dos personas distintas, al educar a un mismo niño, sacarán a colación cosas distintas”, añade.
“Hoy crecen niños en Gran Bretaña que jamás conocerán esos beneficios, porque jamás conocerán el amor de un padre. Y sabemos demasiado bien cuáles son las consecuencias. Cuando los padres no están ahí para sus hijos, es más probable que esos chicos vivan en la pobreza, fracasen en la escuela, y acaben en la prisión o en el desempleo más adelante".
“No podemos ignorar esto”, afirma Cameron, quien cree que los políticos tienen una responsabilidad, con los medios a su alcance, “para que los padres vuelvan a estar presentes en la vida de sus hijos”.
Su opinión va aún más lejos, al considerar que la sociedad debería ser “hostil” a los padres que desertan de su función, y que deberían ser “estigmatizados” como lo son los “conductores borrachos”.
“Tienen que entender a la fuerza el mensaje, proveniente de toda nuestra cultura, de que lo que están haciendo está mal: dejar solas a las madres, haciendo frente heroicamente a todas las dificultades, arreglándoselas como pueden, simplemente no es aceptable”.
Éste es un asunto “demasiado importante para permanecer callados. Estamos hablando del futuro de nuestros hijos y, por tanto, del de nuestra patria también. Les debemos estar ahí para ellos, por duro que podamos encontrarlo”, concluye.
En consonancia con el Papa
Las palabras de Cameron vienen a estar en consonancia con las pronunciadas el mismo día por el Papa Benedicto XVI, cuando en el discurso que pronunció en el Palacio Público de San Marino, durante el encuentro que mantuvo con los miembros del Gobierno, del Congreso y del cuerpo diplomático acreditado ante esa República, destacó que la familia es el principal sujeto para un crecimiento armonioso.
“Sabemos bien, de hecho, que en el contexto actual la institución familiar se pone en tela de juicio, casi en un intento de ignorar su irrenunciable valor”, subrayó el Papa.
“Los que sufren las consecuencia son los grupos sociales más débiles, especialmente las jóvenes generaciones, más vulnerables y por eso más fácilmente expuestas a la desorientación, a situaciones de automarginación y a la esclavitud de las dependencias”, agregó.
Benedicto XVI constató que “algunas veces las realidades educativas se afanan en dar a los jóvenes respuestas adecuadas y, disminuyendo el apoyo familiar, a menudo ven obstaculizados para una normal inserción en el tejido social”.
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