El personal de C-FAM
NUEVA YORK, 17 de junio (C-FAM) – El viernes pasado, la reunión de alto nivel sobre VIH y sida concluyó con una declaración política que revela abordajes profundamente divididos para poner fin a la epidemia.
Las enconadas desavenencias fueron tales que un grupo de revoltosos que observaba la sesión en reiteradas oportunidades abucheó a la delegada de la Santa Sede cuando explicaba la postura vaticana. El presidente no reaccionó ante los disturbios, que ocurrieron repetidamente.
La portavoz de la Santa Sede explicó que los programas de prevención del VIH y del sida «deberían centrarse no en intentar convencer al mundo de que el comportamiento arriesgado y peligroso forma parte de un estilo de vida aceptable, sino que, más bien, deberían centrarse en evitar los riesgos, lo cual es ética y empíricamente sólido».
Muchos países, incluso algunos de los miembros del Grupo Africano, compuesto por 53 naciones, manifestaron fuertes reservas sobre los métodos de prevención basados en el uso del preservativo, que se avalan en la declaración. Estas naciones adoptan un enfoque más holístico que incluye el comportamiento sexual y hacen hincapié en la abstinencia y en la fidelidad.
La declaración ignoró, en gran parte, estas inquietudes, y, en cambio, pareció acusar a los países conservadores: « [El] compromiso [es] hacer de la prevención la piedra angular de la respuesta mundial al VIH y al SIDA, pero observamos que muchos programas nacionales y prioridades de gasto en materia de prevención del VIH no reflejan adecuadamente ese compromiso». Concretamente, el documento dice que «sólo el 34% han fijado objetivos específicos para programar la distribución de condones».
Al no lograrse el consenso, el presidente recurrió a un «texto de la presidencia». En vez de brindar una hoja de ruta clara para detener el avance de la epidemia de VIH y de sida, el documento político propuso enfoques conflictivos.
Por ejemplo, dio plena voz al debatido lenguaje sobre temas de salud sexual y reproductiva, desestimó la evasión de riesgos a través de la abstinencia y de la fidelidad y se centró en la liberalización de las prácticas sexuales. Al mismo tiempo, reconoció factores culturales, religiosos y éticos.
Asimismo, reafirmó el papel central de la familia, a la vez que demandó programas confidenciales de salud sexual y reproductiva, y programas de estudios para jóvenes sin destacar la autoridad de los padres.
Los estudiosos critican cada vez más los programas de fondos y organismos internacionales que se centran en el preservativo y afirman que este puede empeorar la epidemia. En un artículo publicado en 2007 por la revista médica The Lancet, James Shelton llegó a la conclusión de que «A mucha gente no le gusta usar [preservativos] (especialmente en relaciones regulares); la protección es imperfecta, el uso es, a menudo, irregular, y los preservativos parecen fomentar la desinhibición, en la que la gente entabla relaciones sexuales riesgosas con preservativos o con la intención de usarlos».
Aunque el reciente documento de la ONU reconoce que el problema del sida está extendido, no da cuenta de lo que los estudiosos consideran como dos epidemias distintas. Una de ellas es general, como la que afecta a la población heterosexual de África. La otra se concentra en grupos involucrados en comportamientos riesgosos como la prostitución y el uso ilícito de drogas intravenosas. Las investigaciones científicas han demostrado que la reducción de las parejas sexuales es el medio más eficaz para frenar la epidemia general.
«Lo que se necesita es un enfoque basado en valores para contrarrestar la enfermedad del VIH y del sida», concluyó la delegada de la Santa Sede al término de la sesión, «un enfoque que brinde la atención y el apoyo moral necesarios a los infectados y que promueva la vida en conformidad con las normas del orden moral natural, un enfoque que respete a fondo la dignidad inherente de la persona humana».
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano
Publicado originalmente en http://www.c-fam.org/publications/id.1885/pub_detail.asp
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