ROMA, 28 Ago. 08 (ACI).-El Subsecretario del Pontificio Consejo para los Laicos, Guzmán Carriquiry Lecour, reafirmó que los derechos humanos se fundan en la ley natural y advirtió que negar esta verdad abre la puerta a una relativización de los mismos.
"Se pretende convertir en derechos individuales lo que son atentados contra derechos fundamentales de la persona humana", advirtió Carriquiry al recibir el "Doctorado Honoris Causa" de la Universidad de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (FASTA).
En su extenso discurso, señaló que a 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, existe una "deriva relativista" en la cual "se imponen nuevos derechos" que responden a los "deseos arbitrarios" de grupos e individuos.
"¿Acaso no somos testigos de campañas de opinión y presión de fuertes poderes transnacionales para inducir las legislaciones nacionales a introducir formas de liberalización de las prácticas abortivas y de manipulaciones bioéticas salvajes, de identificación del matrimonio con las uniones libres, de promoción de prácticas eugenéticas y eutanásicas?", denunció.
Carriquiry, citando a Jacques Maritain, recordó que "los derechos humanos no pueden ser arbitrarios; requieren para ser una justificación universal, estar bien fundados por y ante la razón". Los derechos, indicó, "no son obvios ni evidentes por sí mismos".
"Si los derechos humanos no se fundan, ¡se desfondan! Quedan así a la merced del poder, y de las correlaciones ocasionales de fuerza al interior de los Estados, que establecen convenciones consensuales provisorias en el cuadro de democracias meramente 'procedimentales'", advirtió Carriquiry.
Pobreza y derechos humanos
Por otro lado, al referirse a la situación social de América Latina, el laico de más alto rango dentro de la Curia Vaticana destacó los procesos de democratización ocurridos en los últimos 30 años.
Sin embargo, denunció el "divorcio entre constituciones formales y países reales", así como la "ilusión entre ingenua e ideológica" de promulgar Constituciones "como presunto remedio de nuestros males, de ambiciones de poder que usan y abusan de formas democráticas para los intereses políticos coyunturales".
El principal dilema de América Latina, indicó, es la contradicción paradójica "de mantener un orden jurídico y político basado en el principio de igualdad básica entre los ciudadanos y, al mismo tiempo, preservar el mayor nivel mundial de desigualdad en el acceso a la distribución de la riqueza y de los bienes públicos".
"Situaciones de pobreza extrema, marginalidad y exclusión impiden el ejercicio real de derechos humanos fundamentales", advirtió.
Finalmente, luego de recordar los aportes del cristianismo a la promoción y defensa de los derechos humanos, Carriquiry señaló que la persona y el respeto a su dignidad, deben estar al centro de leyes e instituciones.
El Papa Benedicto XVI, recordó, propuso ante las Naciones Unidas "retomar a la altura de nuestro tiempo una convergencia de tradiciones culturales y religiosas para poner siempre a la persona humana en el centro de las instituciones, leyes e intervenciones de la sociedad, y respetar y promover los derechos humanos", reconocidos en su "universalidad, indivisibilidad e interdependencia".
Para leer el discurso completo, ingrese a: http://www.aciprensa.com/Docum/documento.php?id=184