Diario Perfil, Domingo 24 de Agosto de 2008. Por M.Z.
Mal uso. En Internet se ofrece este cobertor gástrico que, utilizado vía vaginal, genera abortos. El Oxaprost es un medicamento utilizado en pacientes con riesgo de úlcera gástrica asociada con el uso excesivo de antiinflamatorios. Está compuesto por una droga llamada Misoprostol que, cuando es utilizada por vía vaginal, produce contracciones del útero que terminan por provocar un aborto.
Su venta debería ser siempre bajo receta archivada, ya que está compuesto por principios activos que por su acción, sólo debieran ser utilizados bajo rigurosa prescripción y vigilancia médica. Sin embargo, en la Web se consigue fácilmente.
El titular del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires, Néstor Luciani, asegura que seis de cada diez cajas que se venden de este medicamento “son entregadas sin la receta correspondiente y que el fin con que se lo utiliza es para abortar”. Además, sostiene que el 75 por ciento de las pacientes que consumen este medicamento “son jóvenes adolescentes que intentan interrumpir un embarazo inesperado”.
Luciani también advierte que el 80 por ciento de los que lo recetan son obstetras y ginecólogos, y sólo el 20 por ciento restante son traumatólogos o gastroenterólogos.
Pese a las evidencias, la ANMAT manifestó a este diario desconocer que el Oxaprost sea un producto que se vende vía Internet con fines abortivos, aunque aclara que “de ser así, se estaría frente a un delito grave”.
En la Argentina, el polémico medicamento vende 800 mil comprimidos por año y es fabricado por el laboratorio Beta, que en mayo pasado, según el Colegio Farmaceútico de la Capital Federal, redujo su presentación a ocho comprimidos en cada envase, cifra que coincide con lo establecido para abortar en los países en donde esa práctica es legal.
PERFIL intentó consultar al laboratorio Beta acerca del uso indebido del Oxaprost y los motivos que lo llevaron a reducir su presentación, pero no obtuvo respuesta.
Mientras tanto, la senadora Hilda González de Duhalde intenta, por intermedio de un proyecto de ley, impedir que la droga denominada misoprostol sea vendida al público en general. La legisladora manifiesta su preocupación y la necesidad de tomar conciencia sobre los daños que puede ocasionar esta droga “cuando se utiliza como abortivo en embarazos durante el primer trimestre”.