familia dejará el hospital en los próximos días convertido en el varón más prematuro del mundo.
.- Shiryu Juárez Medina nació el 29 de mayo pasado en esta capital. Tenía solo 23 semanas de gestación y pesaba 440 gramos. El pequeño luchador venció todos los pronósticos médicos y con la asistencia de abnegados especialistas y el amor de su Según informa el diario Milenio, Berenice Medina Aguilar, de 33 años de edad, llegó el 29 de mayo a las siete de la mañana al área de urgencias del Hospital de Gineco Obstetricia Número 3 del DF, porque presentaba amenaza de aborto debido a un cuadro de preclampsia, una complicación del embarazo caracterizada por presión arterial alta y pérdida de glucosa.
Los médicos le practicaron una cesárea y lograron estabilizar al pequeño Shiryu.
Leonardo Cruz Reynoso, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital, no duda en considerar al niño como el bebé varón más prematuro del mundo.
"En el mundo entero no hay un solo caso de un varón que haya sobrevivido con estas características", indicó al mencionar que la muerte se debe al grado de inmadurez de sus órganos.
Además, el caso de Shiryu sorprende aún más porque no presenta ningún problema neurológico, que es muy común entre los nacimientos prematuros, ni tampoco problemas de ceguera.
"Cuando se presenta un caso de nacimiento prematuro, por lo regular el infante presenta retraso mental o ceguera, como consecuencia de las alteraciones cerebrales que se experimentan cuando no se culmina con todo el proceso de desarrollo. Se alteran el potasio, la glucosa, puede haber infección que eleva la temperatura del torrente circulatorio, en fin, hay una gran cantidad de motivos en contra que hacen que haya discapacidades", indicó el médico.
Shiryu, cuyo nombre en japonés significa "caballero dragón", será dado de alta esta semana. Ya tiene 88 días de nacido y pesa dos kilos con 40 gramos.
Los orgullosos padres, Berenice Medina y Bernabé Juárez, están ansiosos por tener a Shiryu en casa junto a sus dos hijas mayores Ximena, de 10 años, y Xiadán, de ocho.
"Este pequeño significa un milagro, después de las pocas esperanzas que dábamos a mi hijo; esta situación es un ejemplo de la gran fortaleza que puede tener un bebé y de todo lo que se puede lograr con una atención médica tan esmerada", dijo la madre.