Melbourne (Agencia Fides) – Una derrota de la vida, de la sociedad y de la convivencia civil. Una auténtica “traición a la humanidad, a la mujer y a los niños inocente no-nacidos”. Con estos términos el Arzobispo de Melbourne, Mons. Denis Hart, definió, en un discurso cargado de amargura que la Agencia Fides recibió de la Iglesia Local, la reciente aprobación de la Ley sobre el Aborto en el estado australiano de Victoria.El Arzobispo evidenció como la ley no servirá para reducir el porcentaje de abortos clandestinos en el estado sino que será un instrumento para asesinar a más de 20,000 niños al año, a los cuales se les negará el derecho a la vida.
La comunidad cristiana recibió con desilusión el parecer favorable del Parlamento estatal que ha dado inicio a la nueva ley sobre el aborto. Durante los días pasados los cristianos organizaron marchas y vigilias de oración para sensibilizar a la población, la opinión públicas y las autoridades políticas (ver Fides 6/10/2008). Pero la discusión en Parlamento, tras un debate-maratón que se extendió hasta el 8 de octubre, concluyó con un voto favorable a la disposición, incluso cuando los dos mayores partidos políticos se dividieron interiormente entre quienes eran favorables y quienes eran contrarios.
En las comunidades cristianas de todas las confesiones se vive un ambiente de gran decepción. El Arzobispo, sin embargo, destacó el carácter “irrevocable” de la decisión de no practicar abortos en hospitales o estructuras sanitarias católicas, pidiendo al mismo tiempo que a los médicos católicos que trabajan en estructuras públicas les sea concedida la posibilidad de poner en acto su objeción de conciencia.
A las palabras de Mons. Hart se unió también Mons. Christopher Prowse, Obispo de la diócesis de Baanna, ubicada también en el estado de Victoria, quien hizo notar como el documento refleja “un desprecio por la vida humana”. “Debemos pedir a Dios su perdón para aquellas personas que votaron a favor del mismo”, afirmó. “No se resuelve nada permitiendo los abortos, sino ayudando a las mujeres en dificultad”.
Según los activistas del Movimiento por la Vida, el voto tendrá un efecto devastador en sociedad, sobre todo sobre los jóvenes, introduciendo una cultura que promueve el uso indiscriminado y la desvaloración de la vida humana, de la experiencia misma de transmitir la vida, del valor de la relación entre hombre y mujer y de su rol generativo. (PA) (Agencia Fides 13/10/2008)
