“Más que el sentimiento, sea la verdad y el bien del ser humano los que siempre prevalezcan” afirma el Presidente de la Conferencia EpiscopalSan José (Agencia Fides) – “Quiero resaltar la clara opción que, nuevamente, ha hecho nuestro ordenamiento jurídico a favor de la vida humana desde el mismo instante de su concepción”, afirma
Mons. Hugo Barrantes Ureña Arzobispo Metropolitano de San José y Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica en un comunicado de prensa emitido el 15 de octubre ante la votación realizada en el Tribunal Contencioso Administrativo sobre el proceso establecido por una mujer del país para poder acceder a la fecundación in vitro. En costa Rica está prohibida esta técnica desde que en el año 2000, el Tribunal Constitucional de Costa Rica la declarara como una práctica contraria a la Constitución, que garantiza el carácter inviolable de la vida humana, prohibiendo la fecundación in vitro y la correlativa manipulación de embriones (congelación, experimentación, selección).
Ocho años después se ha vuelto a abrir la polémica y nuevamente el voto ha reafirmado, entre otros aspectos que “cualquier técnica de fertilización in vitro que se realice en el país debe imprescindiblemente respetar el derecho a la vida y el derecho a la dignidad humana”. Según consta en el expediente en cuestión, explica Mons. Barrantes en el comunicado, “el perito Dr. Gerardo Escalante afirma que, del año 2000 a la fecha: “La ciencia y la técnica han tenido un gran avance en este campo al punto de ser viable la práctica in vitro con la fecundación de un solo óvulo”. Sin embargo “habiendo consultado a otros especialistas en el área, me han manifestado su total discrepancia con esta tesis. Por lo tanto, debo reafirmar que la aplicación de esta técnica sigue poniendo en riesgo tanto al embrión humano, así como a la salud de la mujer”.
Además el Presidente de la Conferencia episcopal recuerda que “la ética cristiana enseña que todo niño tiene derecho a ser concebido de modo humano, en el ámbito del acto conyugal”. Por tanto, “toda manipulación en este sentido, es moralmente ilícita. El hijo es un don y no un derecho”.
Mons. Barrantes comprende a las parejas que desea tener un hijo dentro del matrimonio, pero a la vez recuerda “este deseo bueno en sí mismo, no justifica el uso de cualquier medio que desnaturalice el acto conyugal y ponga en riesgo la vida del embrión”. Por otro lado anima a los médicos y científicos a que ayuden a los esposos a alcanzar este anhelo pero siempre respetando la naturaleza humana y la dignidad conyugal.
“Exhorto a los fieles católicos y a todas las personas de buena voluntad, a informarse sobre el alcance de esta técnica para que, más que el sentimiento, sea la verdad y el bien del ser humano los que siempre prevalezcan”, concluye el Arzobispo. (RG)
