NUEVA YORK, 18 de noviembre 2011 (C-FAM) No se propuso ninguna resolución sobre los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero (LGBT) durante el actual período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Las sesiones en curso finalizan en menos de un mes. Ninguna resolución propuesta hasta ahora menciona los derechos LGBT. Pese al temor inicial de muchos delegados de las Naciones Unidas de que se estuviera preparando algo, los activistas LGBT y los estados miembros favorables a ellos se muestran reacios a proponer resoluciones que promuevan los derechos LGBT. Fuentes internas afirman que es probable que no cuenten con los votos, ya que tales propuestas generalmente encuentran la enérgica oposición de los estados miembros de la ONU.
Un reciente episodio ilustra esta resistencia. En octubre, Navanethem Pillay, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se dirigió al comité de asuntos sociales, humanitarios y culturales. En su intervención mencionaba la discriminación basada en la orientación sexual y en la identidad de género como un área que continúa captando la atención de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH). Cuando se abrió el espacio para comentarios, los representantes expresaron sus inquietudes.
El delegado de los Emiratos Árabes Unidos, hablando en representación de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), manifestó que la OIC era la voz de 2 mil millones de musulmanes de todo el mundo y que objetaba la preocupación de la OACDH «por determinadas personas debido a sus intereses y comportamientos sexuales». Estas son «nociones indefinidas que carecen de fundamento legal en cualquier instrumento de derechos humanos».
Calificó el uso de la orientación como «ominoso», dado que «abarca una amplia gama de opciones personales que se expanden mucho más allá del interés sexual del individuo».
Varios estados miembros solicitaron a la Alta Comisionada que se centrara en los esfuerzos de la OACDH respecto de asuntos más tangibles y acuciantes de derechos que ya fueron reconocidos internacionalmente.
Ningún tratado de derechos humanos reconoce los derechos LGBT. Durante la última década, las resoluciones que promovían derechos LGBT amplios fueron rechazadas por los estados miembros de la ONU. El lenguaje correspondiente a esta clase de derechos se abrió paso sólo indirectamente en documentos de la ONU, en resoluciones que abordaban cuestiones como ejecuciones extrajudiciales y la pena de muerte, o a través de declaraciones no negociadas ni vinculantes. Aun entonces, las referencias fueron esporádicas e insustanciales.
Los activistas LGBT encontraron rutas alternativas para promover su agenda. El sistema de derechos humanos de la ONU, por ejemplo, promueve continuamente los derechos LGBT a pesar de que no tiene la capacidad de crear ningún compromiso internacional de derechos humanos nuevo. En particular, el Comité de Derechos Humanos dijo a los países que otorgaran a las parejas de personas del mismo sexo los mismos beneficios que a las parejas heterosexuales.
Análogamente, el Consejo de Derechos Humanos (CDH) se ha convertido en un foro donde los activistas LGBT promueven su agenda. Solicitó a los países que penalizan los actos LGBT o que no reconocen las uniones entre personas del mismo sexo que modificaran su legislación durante el procedimiento de Revisión Periódica Universal. Varios Relatores Especiales comisionados por el CDH han elaborado informes en los que reconocen los derechos LGBT.
En junio, el CDH aprobó una resolución que solicita una investigación de la OACDH sobre la discriminación a causa de la orientación sexual y de la identidad de género. Esta fue aclamada como un avance, como un peldaño hacia la creación de obligaciones jurídicas internacionales. Aunque no llegó a establecer derechos, reconoce la categoría LGBT. Se espera el informe en diciembre.
A pesar de que la presente sesión de la Asamblea General es testigo de cierto silencio sobre los derechos LGBT, puede que se trate de la calma antes de la tormenta.
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