Se desarrolla esta semana en el Vaticano el congreso «Células madre adultas: Ciencia y futuro del hombre y de la cultura», sobre los aspectos medico-científicos, bioéticos y culturales de las células estaminales adultas. La presidenta de la fundación «Stem for Life», dra. Smith, recordó que las células madre embrionarias no se utilizan para curar pacientes porque presentan, junto a la objeción ética, el riesgo médico de desarrollar cánceres.
(Zenit/InfoCatólica) En su intervención introductoria, el cardenal Gianfranco Ravasi explicó que el congreso es fruto del trabajo de tres órganos de la curia vaticana: el Consejo Pontificio de la Cultura, el Consejo Pontificio de Pastoral de la Salud y la Academia para la Vida.
Uno de los objetivos del congreso es establecer un puente entre el mundo de la ciencia y el de la cultura, pues, como destacó el cardenal Ravasi, la cuestión de las células madre va mucho más allá de las implicaciones médicas o biológicas, teniendo una importancia “simbólica” y cultural. Precisamente por esto, el congreso se divide en tres secciones: medico-científica, bioética y cultural.
Unir fuerzas para curar pacientes
Intervino luego Robin L. Smith, administradora delegada de NeoStem y presidenta de la fundación Stem for Life, principales copartícipes de la iniciativa de la Santa Sede. La doctora Smith subrayó en primer lugar la importancia del acuerdo entre el Vaticano y entes laicos de carácter científico, como Stem for Life y STOQ International. “Uniendo fuerzas –dijo Smith-, podremos tener el mayor impacto social possible”.
La causa de las células estaminales adultas es “urgente”, dijo la doctora Smith, mientras que las células madre embrionarias –que suponen la destrucción del embrión humano- presentan, junto a la objeción ética, el riesgo médico de desarrollar cánceres y por tanto no han sido utilizadas para curar a pacientes, dada su peligrosidad, subrayó la señora Smith, quien se refirió a varios casos de curación.
Testimonios de curación con células madre adultas
En la rueda de prensa explicó su caso Sharon Porter, curada de esclerodermia gracias a las células estaminales adultas. Narró que, a los 38 años, cuando era una joven madre plena de salud, le afectó una esclerodermia sistémica, una enfermedad autoinmune devastadora: sus manos empezaron a contraerse y presentar úlceras, la enfermedad afectó poco a poco a su movilidad, sus pulmones desarrollaron hipertensión y fibrosis. Los tratamientos clásicos sólo combatían los síntomas, ralentizando la progresión de la enfermedad, pero sin tratar la causa.
Como la enfermedad progresaba, Sharon Porter recurrió al profesor Richard Burt y al departamento de Inmunoterapia del Hospital Noroccidental de Chicago, Estados Unidos. La terapia consistió en reconstruir la parte deficiente de su sistema inmunitario, y tratar la enfermedad y no sólo sus síntomas. Recibió un tratamiento de trasplante de células madre,usando sus propias células estaminales.
La mejoría, atestiguó, fue repentina: superó las complicaciones y no experimentó ninguna otra recaída. Su movilidad mejoró, su piel recuperó elasticidad y su tensión arterial volvió a los niveles normales. Dejó la medicación inmunosupresora y los esteroides y pudo reanudar su trabajo de enfermera a plena dedicación y una vida familiar serena. Sólo le quedan hoy algunas secuelas de la esclerodermia.
La doctora Smith dio otro ejemplo, el de una estudiante, Bethany Pappalardo, afectada de esclerosis en placas desde los 18 años, quien entró en contacto con un equipo de terapia celular que trabaja con células madre adultas, el del doctor Richard Burt ya citado. Desde el trasplante de células, hace cinco años, no ha tenido crisis y su cuerpo “funciona normalmente”: las células madre adultas han “reparado” su sistema inmunitario.
La señora Smith recordó también, en su intervención, la curación de Stephen Sprague, afectado a los 14 años por una leucemia mieloide crónica. Llegó con una esperanza de vida de tres a seis meses. Los médicos se habían desinteresado de su caso, cuando el doctor Andrew Pecora y el doctor Robert Preti tuvieron la autorización para someterle a una terapia celular a partir de células de cordón umbilical. También recibió quimioterapia. Su sistema inmunitario se reconstruyó. Hoy, estos médicos y Stephen Sprague atestiguan este progreso de la terapia celular a partir de células estaminales adultas.
La señora Smith subrayó los “grandes progresos” de esta terapia en los últimos diez años y señaló que dentro de poco se podrán “reconstruir tejidos dañados y reparar órganos como el corazón”. Las tecnologías se desarrollan y permiten ya tratar a pacientes entre seis y diez días después de un ataque cardíaco para impedir el deterioro de la función cardíaca que lleva a una muerte prematura.
"Lo que no se debe hacer" en política
Tommy G. Thompson, exgobernador de Wisconsin y secretario de Servicios Humanos y Sanitarios de Estados Unidos, como católico y político, afirmó: “No creo que el hombre pueda construir algo superior a lo que el buen Dios ya nos ha dado. Por esto estoy fascinado con las estaminales adultas”. “Por medio de ellas, usamos la sabiduría divina que está en nosotros para reforzar nuestros cuerpos y eliminar las enfermedades. Sobre todo, sin destruir ningún embrión humano”, añadió.
El exministro estadounidense señaló un lugar común en el que cae opinión pública: “Todos recuerdan el debate sobre estaminales embrionarias y la batalla política sobre lo que que hay o no hay que hacer. Así, en lugar de pensar sobre ‘lo que podemos hacer concretamente’, el debate de nuestros líderes se deslizó hacia ‘lo que no debemos hacer’”.
Thompson dijo haber “solicitado al presidente Obama la institución de una comisión presidencial con la función de valorar todos los esfuerzos federales en torno a la medicina regenerativa, en sinergia con lo mejor de las empresas privadas”.
¿Juramento hipocrático en todas las ciencias de la vida?
En la última intervención, don Tomasz Trafny, responsable del departamento científico del Consejo Pontificio para la Cultura, subrayó que la convocatoria del congreso, fue estimulada en primer lugar por “un significativo estado de avance que, además de proyectar ulteriores desarrollos de tipo científico, suscita importantes cuestiones de tipo filosófico, teológico, social, educativo y cultural”.
Durante los debates, se avanzarán propuestas originales: por ejemplo, se argumentará sobre “si el juramento hipocrático debe extenderse a todas las ciencias de la vida, dado que hoy no sólo los médicos sino también los científicos de laboratorio tienen capacidad de intervenir en todas las fases de la vida del hombre”.
Por último, el congreso se fija el objetivo de “traducir los resultados de ciencias médicas muy sofisticadas a un público que supera el restringido círculo de los expertos. Es un compromiso difícil con el fin de abrir un canal de comunicación entre las comunidades científicas y el gran público”, añadió el sacerdote.
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