Después del rechazo por parte de Francia y Holanda de la Constitución de la Unión Europea, sus funcionarios redactaron el llamado Tratado de Lisboa, que es en un 90% la misma Constitución rechazada, con una salvedad: ahora los ciudadanos de la Unión Europea no podrán manifestar su opinión.
Sin embargo, la Constitución de Irlanda exige que tal tratado sea sujeto a plebiscito. Así, el próximo jueves 12 [de junio del 2008], Irlanda será la voz de los que no tienen voz. [Nota de VHI: Irlanda rechazó el tratado. ¡Gracias a Dios!]
Ofrecemos a continuación un resumen del análisis del Tratado publicado por la Irish Society for Christian Civilisation, Escrito por Michael Whitcraft, mostrando que el documento rechaza el reconocimiento de las raíces católicas de Europa y acabará con cualquiera de los vestigios todavía vigentes de la Civilización Cristiana en Europa.
[Nota de VHI: En este fragmento nos limitamos a la parte que tiene que ver con el peligro para la vida humana.]
La misma Carta de los Derechos Fundamentales indica simplemente: “todos tienen derecho a la vida”. Sin embargo, por su misma simplicidad, esta frase es insuficiente para enfrentar los numerosos y crecientes ataques contra la vida humana en la sociedad moderna, como la eutanasia, el aborto y la clonación humana.
El célebre Profesor, M. Michel Schooyans explicó: “En su actual fraseología, este artículo clave es totalmente inaceptable. Además de que expone la idea de la persona a las interpretaciones más absurdas, este artículo debería especificar que el derecho a la vida se extiende desde la concepción hasta la muerte natural” [6].
Una de las últimas sentencias de la Corte Europea muestra que estas “interpretaciones absurdas” son más que una teoría. Este fallo afirma que los niños no nacidos no son personas y así, no serían protegidos de ninguna manera por la nueva Constitución.
De modo absurdo se niega el derecho a la vida de los niños no nacidos, mientras que la Corte Europea de Derechos Humanos ha definido el aborto como “terapia preventiva”, lo que hace de este pecado un “derecho humano”. Además, la Carta torna ilegal la clonación humana para fines reproductivos, pero la autoriza por razones terapéuticas u otras, siendo abominable en todos los casos.
Bajo las nuevas Constituciones, el enfermo y los ancianos también estarían amenazados. Esto fue expresado claramente por el Sr. Brabant: “Para excluir (la eutanasia), varios miembros de la Convención presentaron las enmiendas que deseaban clarificar que ‘toda persona tiene derecho a la vida hasta su fin natural’. Esta fórmula no fue conservada, porque algunos estados, como Holanda, se encaminan hacia un reconocimiento parcial y progresivo ‘del derecho a la muerte digna’” [7].
Notas:
[1]. Michel Schooyans, La cara oculta de la ONU, p.120.
[2]. Guy Brabant, “La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea”, Ed. du Seuil, 2001, páginas 91-92.