Lovaina la Nueva. La universidad de verano “Culture of Life” ha reunido a personalidades de rango internacional en el campo de la bioética, la vida y la familia, entre ellos, magistrados, médicos, demógrafos, presidentes de asociaciones internacionales, miembros de comisiones de bioética, economistas, diputados del Parlamento europeo, filósofos, etc. y un nutrido número de estudiantes y de adultos de procedencia e intereses muy diversos. Cuatro días de trabajo intenso, de reflexión profunda, de intercambio enriquecedor.
El Doctor Xavier Mirabel, conocido oncólogo francés que ejerce en la ciudad de Lille, presidente de la asociación “SOS Fin de Vida”, aportó el testimonio realista de su experiencia ante lo que califica de “tentación de la eutanasia”. Es cierto que el sufrimiento es violento, injusto y a menudo incomprensible, pero la forma de atravesar este misterio depende de la actitud de los que acompañan y confortan al enfermo y le permiten afrontar el dolor y la muerte. El Dr. Mirabel lanzó una llamada a la responsabilidad para acompañar al hombre que sufre porque, afirmaba, “tras todo atentado a la vida, sea un su inicio o en su final, se esconde la desesperanza, y sólo la esperanza puede vencerla.”
Discriminación genética
El Dr. Philippe Schepens, médico en la ciudad belga de Ostende, conocido por su combate en favor de la vida, hizo notar a su auditorio la necesidad de contribuir a ese combate. En particular, hay que ayudar a los medios de comunicación y a los juristas a lograr una mayor sensibilización sobre el valor de cada vida. Hoy en día todos sabemos, y la propia Simone Veil, que ha dejado su nombre en la ley francesa de despenalización de aborto, así lo declaró en 2007, que “no se aborta una ‘cosa’, porque es cada vez más evidente que se trata de un ser humano desde el momento de la concepción”. Y como ser humano necesita protección.
El Dr. Schepens habló también de la discriminación genética que supone abortar a minusválidos, una discriminación basada simplemente en la diferencia de cromosomas. Al mismo tiempo, lanzó un mensaje a la responsabilidad de todos sobre la necesidad de cambiar la mirada de la sociedad con respecto a los minusválidos hasta considerarlos como seres dignos del mismo respeto que todos los demás. Y ese cambio de mirada depende de cada uno.
La inversión más rentable
Los profesores Gérard-François Dumont, demógrafo, y Jean-Didier Lecaillon, economista, analizaron la situación de la familia en Europa desde sus respectivos puntos de vista.
Dumont, profesor de la Sorbona, acuñó hace ya años el término profético de “invierno demográfico” para describir la situación actual en Europa. Entre las causas de este invierno se cuentan la fecundidad “programada, racionalizada” desde los años 70 que ha dado lugar a una “contra-aceptación” de los niños en nuestra sociedad. En 18 países de Europa “los féretros son más numerosos que las cunas”.
En realidad nunca se ha dado un verdadero desarrollo de una nación sin una evolución consecuente de su población. Las familias numerosas no son un obstáculo al desarrollo de los pueblos, sino que, al contrario, actualmente lo favorecen. El profesor Dumont espera ver crecer unas políticas familiares más ambiciosas que permitan una nueva primavera en Europa, que ya se anuncia en algunos países.
En el mismo sentido se expresó el Profesor Jean-Didier Lecaillon, economista en la universidad de Panthéon Assas de París en la intervención titulada: “La familia en el centro del desarrollo sostenible”.
Desde el punto de vista económico, no tienen sentido las políticas de ciertos responsables que no invierten en la familia con el pretexto del coste elevado a corto plazo.
La familia responde a una triple misión. Es el marco más apropiado para la reproducción, indispensable para el desarrollo de los pueblos; asegura la educación de los jóvenes permitiendo que pasen a ser de consumidores netos a productores, y, en tercer lugar, constituye el eslabón entre los individuos y la sociedad. La disolución de la familia puede conducir a la desestabilización del individuo, nefasta a nivel colectivo. En cambio, la familia puede asegurar a cada persona puntos de referencia y raíces que favorecen su estabilidad y su rentabilidad.
Se trata de un lenguaje económico original que podría parecer tener visos de materialismo, pero que concluye lógicamente en la afirmación de que la inversión más rentable a largo plazo es la que una sociedad realiza a favor de su capital humano, afirmación ya iniciada por Gary Becker, premio Nobel de economía en 1992. Y como buen economista, el Profesor Lecaillon concluye recomendando a los poderes públicos la mejor inversión en materia de capital humano, la del apoyo a la familia.
Es hora de cambiar de modelo
La Dra. Anna Zaborska, médica, diputada europea y presidenta de la Comisión de la Mujer y la Igualdad de Género del Parlamento Europeo, aportó un testimonio personal como política e hija del antiguo embajador de Eslovaquia ante la Santa Sede. Afirmó haber encontrado en la fe el coraje necesario para su tarea política. “No podremos continuar mucho tiempo suplantando el papel de Dios”, afirmó refiriéndose a la tentación del hombre de dar o quitar la vida.
Michel Schooyans, filósofo y teólogo, profesor emérito de la Universidad de Lovaina y miembro de la Academia Pontifical de Ciencias Sociales, alertó al público sobre la deriva de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada en 1948. Demostró que se ha ido poco a poco dejando de lado el verdadero fundamento y origen de estos derechos, que es la búsqueda del bien y el derecho natural. El olvido de este fundamento hace que la sabiduría humana se desconecte de su primer objetivo, el bien, y que surjan o se nos impongan extraños y nuevos derechos sin fundamento ninguno (por ejemplo, “los derechos reproductivos”); de ello se deriva el relativismo y la pérdida de puntos de referencia sólidos.
El Prof. Schooyans concluyó con un nuevo mensaje de optimismo: la sociedad es consciente de la necesidad de descubrir o redescubrir nuevos puntos de referencia, los busca incluso con tesón. Los tiempos están maduros para proponer, para construir, nuevos modelos de sociedad que sustituyan al modelo relativista, modelos basados en la realidad del hombre y del mundo.