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lunes, 9 de mayo de 2011

Drogas para retrasar la pubertad se aplicarán a niños de 12 años de edad en un estudio sobre identidad de género en el Reino Unido - notifam.net


LONDRES, 4 de mayo de 2011 (Notifam) – El Servicio Nacional de Investigaciones Éticas [National Research Ethics Service (NRES)] del Reino Unido ha aprobado el uso de fármacos que bloquean la pubertad para ser administrados a niños de tan sólo 12 años, de quienes se piensa que padecen de “Trastorno por Identidad de Género” [Gender Identity Disorder GID)]. El Tavistock and Portman NHS Trust, de Londres, quiere ofrecer los fármacos a los niños para retrasar la aparición de la pubertad, basándose en la teoría que esto le dará tiempo al niño para llegar a una “decisión” respecto a “género”.
La directora de la Clínica de Salud Mental de Tavistock y Portman, la Dra. Polly Carmichael, dijo a los medios de comunicación que “este retraso nos da una ventana para explorar juntos que ellos están tomando definitivamente la decisión correcta. Pero como profesionales debemos estar buscando a largo plazo y asegurarnos que este tratamiento es seguro”.
Un proyecto de investigación financiado por el Servicio Nacional de Salud propone dar los fármacos a una docena de niños y adolescentes, un proyecto gestionado conjuntamente por la clínica Tavistock y Portman y el University College Hospital, de Londres.
“Trastorno por Identidad de Género” es un diagnóstico presente en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Cuarta Edición. La Asociación Americana de Psiquiatría dice que este trastorno se presenta si hay “identificación de larga data y fuerte con otro género”, “inquietud de larga data sobre el sexo asignado o un sentido de incongruencia en el rol asignado al género de ese sexo”.
Con frecuencia, el “tratamiento” recomendado para la persona diagnosticada es la “terapia de reasignación de género” o un “cambio de sexo”, que puede incluir la terapia hormonal y / o cirugía. Los medicamentos que bloquean la pubertad retardan el crecimiento y el desarrollo de las características sexuales y, dicen los promotores de esos medicamentos, reduce la necesidad de la cirugía a la que el niño debe en última instancia recurrir para cambiar de sexo.
Hasta la decisión de este mes por el Servicio Nacional de Investigaciones Éticas, los médicos del Reino Unido estaban legalmente impedidos de administrar las drogas a menores de 16 años.
Anthony Ozimic, un experto en bioética para el grupo pro-vida Sociedad para la Protección de los Niños no Nacidos, cuya sede está en el Reino Unido, comentó diciendo: “Este procedimiento parecería ser contrario a un principio básico de la ética médica, es decir, que el propósito de la medicina es el tratamiento de las enfermedades”.
Ozimic dijo a LSN: “Además, el bloqueo intencional de la pubertad por medios químicos es análogo a la esterilización, que es una mutilación anti-ética del cuerpo humano. Este procedimiento, y cualquier facilitación concurrente de operaciones de cambio de sexo, parecerían ser contrarios a la posesión innata de la persona del sexo masculino o femenino”.
“Los teóricos del género” y los activistas pro-homosexualismo han trabajado durante décadas para insertar y expandir diagnósticos tales como el Trastorno por la Identidad de Género y la “Disforia de género” en la literatura médica internacional, porque sostienen el concepto que “género” y sexo biológico no son sinónimos. La teoría de género, llamada a veces “Teoría Queer” en los círculos académicos, afirma que el género es un “constructo” psico-social maleable, que puede ser elegido en las etapas posteriores de la vida. Al mismo tiempo, afirma que la homosexualidad es una condición fijada naturalmente que no puede ser alterada con la terapia. Los conceptos tradicionales de masculinidad y feminidad son descartados en esta teoría, porque se alega que son culturalmente “estereotipos de roles sexuales” impuestos.
El Dr. Jeffrey Satinover, un psiquiatra y físico que ha trabajado para bajar del pedestal a estas teorías de género, escribió un artículo describiendo la infiltración deliberada de la comunidad psiquiátrica por activistas pro-homosexualismo en las décadas de 1950 y ‘60.
En su análisis general “The Trojan Couch: How the Mental Health Guilds Allow Medical Diagnostics, Scientific Research And Jurisprudence To Be Subverted In Lockstep With The Political Aims Of Their Gay Sub-Components” [El sofá de Troya: Como los gremios de la salud mental permiten diagnósticos médicos, investigación científica y jurisprudencia para que sean subvertidos a la par de los objetivos políticos de sus sub-componentes gays], Satinover dice que lejos de ser una condición “fijada”, la homosexualidad es una condición en la que la gente joven superará naturalmente, a menos que sea sometida a “factores extraños” y se encuentre en un “ambiente social” en el que se alienta la homosexualidad.
“Irónicamente”, señala Satinover, “este ‘medio social’ es el entorno familiar y la cultura que se crean, entre otras cosas, por las decisiones impuestas por los jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos, actuando en coordinación con la tergiversación de evidencia científica proporcionada a ella por la Asociación Americana de Psiquiatría, la Asociación Americana de Psicología y la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales”.

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