Por John Jalsevac
Reino Unido, 11 de mayo 2011 (Notifam) – Cuando, hacia finales de 2008, Donna Hewetson supo que ella estaba embarazada, ella estaba encantada.
Donna y su ahora esposo Matt, habían estado intentando por meses que ella quedara embarazada, y ya habían pasado por un aborto espontáneo difícil, el cual tuvo lugar solamente dos meses previo al embarazo.
Pero las cosas comenzaron a andar mal alrededor de los 12 meses del embarazo. “Yo fui ingresada al hospital con un dolor terrible en el lado izquierdo”, le cuenta Donna al periódico Mercurio de Lichfield (Lichfield Mercury) “Los médicos no comprendían lo que podría ser, pero ellos sabían que ello no estaba relacionado con el embarazo”.
Luego de realizar algunas pruebas, los médicos descubrieron que Donna tenía un riñón desgarrado, y ellos se vieron obligados a realizar una cirugía de emergencia para remover el órgano afectado.
“Yo me desperté al día siguiente bajo cuidado intensivo y no sabía lo que había pasado”, dijo Donna.
“Ello fue muy atemorizante, pero yo solamente quería saber si mi bebé estaba bien y por qué yo tenía una cicatriz tan masiva en mi estómago”.
Pero aún esto apenas marcaba el comienzo de los problemas de Donna. Poco después de la operación, uno de los pulmones colapsó, y entonces, luego que le dieron tratamiento a ese tumor, el otro igualmente colapsó.
Finalmente, la joven madre fue diagnosticada con dos condiciones extremadamente raras: la leiomiomatosis linfática, la cual es una condición que afecta los pulmones, y la esclerosis tuberosa, que ocasiona el crecimiento de tumores en los órganos vitales del paciente.
Según el periódico El Espejo (The Mirror), médicos le dijeron a Donna que, sin un aborto, ella podría morir como resultado del embarazo – pero Donna rehusó discutir el asunto.
“Yo siempre había soñado en convertirme en mamá, y cuando finalmente quedo embarazada, por nada del mundo yo iba a renunciar a mi bebé”.
“Fueron momentos de grandes temores”, ella recuerda. “Ambos sabíamos que mientras más tiempo continuaba mi embarazo, más tumores crecían dentro de mí – pero mi instinto maternal era demasiado fuerte para tan siquiera contemplar una terminación”.
A la vez que el embarazo progresaba, a Donna se le mantenía bajo observación inmediata, debido a los tumores que crecían en el riñón que le quedaba, lo que también podría causar una hemorragia en el órgano. Finalmente, a las 28 semanas, los médicos decidieron realizarle una cesárea.
Lily, una bebé saludable, nació pesando solamente dos y media libras. Lily tiene ahora cerca de dos años de edad, y está bien.
En cuanto a Donna, ella está recibiendo un tratamiento experimental para leiomiomatosis linfática, pero su prognosis a largo plazo es incierta.
“Nosotros no sabemos lo que depara el futuro – esto es lo más preocupante”, dice Donna.
“Yo podría estar bien ahora mismo, pero temo llegar a un etapa en que necesitaría un trasplante pulmonar”.
Sin embargo, Donna alabó a su esposo y a su familia por la ayuda que le dieron para sobreponerse a una época tan difícil en su vida.
“Mi familia, y Matt en particular, se han mostrado increíbles en medio de todo esto. Yo no hubiese podido encontrar a un compañero más tierno y solidario”.
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