El hallazgo revela que el exceso de progesterona puede provocar un tumor en mujeres con el gen BRCA1 mutado. “No todas las mujeres reaccionan de igual modo a la toma de estas hormonas, debemos ser cautos a la hora de recetarlas”, advierten los investigadores.
Dos científicos del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona han descubierto el vínculo que relaciona la toma de anticonceptivos con el cáncer de mama. El estudio refuerza la teoría de que el exceso de progesterona aumenta el riesgo de padecer tumores en aquellas mujeres con el gen BRCA1 mutado.
La investigación del CRG, que será publicada próximamente en la revista Cancer Research, demuestra que las personas que tienen mutaciones en el gen BRCA1, que se encarga de equilibrar los niveles de progesterona en el organismo, al no disponer de ese regulador de la hormona, tienen mucho más riesgo de proliferación celular y también de desarrollar la enfermedad.
De hecho, el trabajo explica el crecimiento de células cancerosas con defectos de BRCA1 a dos niveles: por ese incremento de la cantidad de receptor de progesterona que se encuentra en las células y por su efecto sobre la expresión de genes que activan la proliferación celular.
El hallazgo, realizado en base a células de cáncer de mama en cultivo, revela que se trata de “una nueva alerta sobre las posibles consecuencias del uso de anticonceptivos”, según advierte Miquel Beato, codirector del trabajo junto a la doctora Verónica Calvo.
Beato añade que “sabíamos que ese gen mutado puede desarrollar cáncer de mama en un elevado número de pacientes (un 80%), pero ahora sabemos también los mecanismos de acción de ese gen”.
El estudio del CRG, que arrancó hace seis años, muestra que cuando el gen BCRA1 está mutado y se expresa mal, la célula tiene más receptores para progesterona, por lo que aumenta su efecto sobre la proliferación celular.
Miquel Beato, epigenético, experto en genómica y ginecólogo, recuerda que “hasta ahora, otros trabajos señalaban la vinculación entre cáncer de mama y estrógenos; nosotros apuntamos directamente a la progesterona”.
Cabe recordar que ya se conocía desde hace tiempo que la existencia de mutaciones en el gen BRCA1 pueden causar cáncer de mama en, aproximadamente, el 80% de los casos así como cáncer de ovario en un 54% de los casos.
“Cuando el gen BRCA1 está mutado y no se expresa bien, la célula tiene más receptores para progesterona, así que aumenta su efecto sobre la proliferación celular”, explica el experto.
“Siempre me he mostrado escéptico ante los tratamientos hormonales para evitar embarazos. No es sensato recetarlos a todas las mujeres por igual porque no todas son iguales”, insiste Beato.
El experto en genómica apuesta por un replanteamiento en la dispensación de estos fármacos para que “no pueda afectar a mujeres que, por su perfil genético, tienen ya mucho riesgo de padecer la enfermedad”.
La clave está, a su entender, en la medicina personalizada. “Lo lógico sería que se hubiera avanzado más en el conocimiento del genoma y que supiéramos con detalle qué mujer es susceptible de desarrollar este cáncer, pero ahora sólo lo sabemos si hay antecedentes familiares y las pacientes se realizan la prueba genética”, concluye Beato.
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